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Anfitrionas de Airbnb advierten golpe a sus finanzas; piden que se analice restricción

  • Mujeres piden que no se les ponga al nivel de empresarios y que se analicen los cambios impuestos.

Agencia Excélsior. Octubre 15, 2024.

Mujeres que son viudas o pensionadas y son anfitrionas de Airbnb hicieron un llamado a los diputados locales para que analicen el impacto que deja en su economía la reforma que restringe a 180 noches al año el alquiler de inmuebles mediante esta plataforma.

En entrevista con este diario, Sandra, de 52 años de edad, comentó que la mitad de sus ingresos provienen de la renta de dos habitaciones, las cuales adquirió con el seguro de vida de su esposo, quien falleció debido al covid-19.

“A mí la reforma me ahorcaría económicamente, porque gran parte de mis ingresos dependen de la entrada que recibo por Airbnb…de allí sale para pagar útiles, escuelas, médicos, comida…”, dijo la mujer, quien tiene dos hijos.

Comentó que las habitaciones están en un edificio mixto, donde también hay oficinas, y que cada una de ellas le dejan un ingreso de alrededor de ocho mil pesos al mes, con los que da sustento a su familia.

En ese sentido, pide al gobierno “que haga un análisis de los diferentes casos: hay gente jubilada a la que la pensión no le alcanza o que perdió el trabajo, o madres solteras que con las plataformas completa sus ingresos, estamos en una verdadera vulnerabilidad… y con la reforma nos están poniendo en la misma categoría que a los grandes empresarios con cientos de departamentos”.

Según estadísticas de la plataforma Airbnb, 50% de los anfitriones en la Ciudad de México son mujeres, 12% de ellas mayores de 60 años.

Además, detalla, 78% de los anfitriones indican que el alquiler lo utilizan para reforzar otros ingresos.

María Cristina, de 59 años, sostuvo que la renta mediante plataformas fue un proyecto que comenzó ocho meses antes de jubilarse “porque sabemos que las pensiones se van quedando atrás”.

A cinco años de haber emprendido esta actividad, comentó que tiene tres departamentos en arrendamiento, dos en la alcaldía Cuauhtémoc y uno en la Venustiano Carranza.

Ella se encarga de la limpieza de los inmuebles “y me ayuda mi hermana (de 63 años), que no tiene ingresos y no es jubilada, ni tiene pensión; entonces de lo que yo gano le doy un dinero… pero con la reforma, no sé que voy a hacer”.

“Si nada más me dejan rentar 180 noches al año, la otra mitad del año yo tengo que seguir pagando mantenimiento, ¿de dónde va a salir para esos gastos? Además sigo pagando la hipoteca de uno de los departamentos”, expresó la pensionada.

Respecto a la posibilidad de migrar a la renta tradicional, como previó Federico Taboada, encargado de despacho del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, ambas mujeres dijeron que no estarían dispuestas.

“Se gana menos y hay más riesgo de que te hagan destrozos”, dijo María Cristina. Mientras que Sandra consideró que “rentaría por fuera, negociando directamente con los clientes, pues ya tengo una cartera”.