Agencia National Geographic
Una promesa habitual al adoptar a un perro es el compromiso de no dejarle subir a la cama. Un compromiso que, según las encuestas, no suele cumplirse, ya que los resultados revelan que alrededor del 70% de las personas que tienen un perro le permiten dormir en su cama. Y puede que no estén equivocados: los estudios demuestran que las personas que duermen con su perro acostumbran a tener mejor calidad de sueño.
Un estudio realizado por el Canisius College de Buffalo (EE.UU.) llegó a esta conclusión después de analizar la calidad del sueño entre las personas que duermen con su mascota. Las participantes eran casi mil mujeres adultas estadounidenses: el 55% compartía cama con su perro y el 31% con su gato; además, el 57% de ellas dormía también con su pareja. Se les hicieron diversas preguntas relacionadas con la calidad de su sueño, como la regularidad de los horarios, la comodidad y la sensación de seguridad.
Los resultados dicen que, en cuanto a calidad del sueño, los mejores compañeros de cama son los perros, seguidos de los humanos y, en tercer lugar, los gatos. Así es: las participantes dormían mejor con sus perros que con sus parejas. El principal motivo es que los perros son percibidos como menos “disruptivos”, es decir, que tienden a estarse quietos cuando duermen y no molestar a su pareja de cama. También proporcionan una sensación de seguridad y compañía, que pueden darles también sus parejas pero al precio de ser compañeros de cama más incómodos. La peor parte se la llevan los gatos, que son percibidos como al menos igual de “disruptivos” que un compañero humano – si no más, a causa de su actividad nocturna – pero no proporcionan la misma sensación de seguridad que una pareja o un perro.
Otro estudio reciente, realizado en Australia con participantes de todos los sexos y edades, corroboró que los perros son los mejores compañeros de cama: los participantes que dormían con su perro frecuentemente se levantaban más descansados que aquellos que no lo hacían.
Más allá de su comportamiento en la cama, dormir con una mascota puede tener efectos positivos o negativos. En el estudio se vio, concretamente, que las personas que dormían con perros se iban a dormir más temprano y tenían hábitos de sueño más regulares ligados a las rutinas del can, lo cual repercutía en la calidad.
La ciencia avala que dormir con las mascotas también tiene un efecto positivo sobre la salud mental. Raj Dasgupta, profesor de medicina clínica en la Universidad del Sur de California, afirma que “la gente con depresión o ansiedad puede beneficiarse de tener a su mascota en la cama, ya que hace las veces de cojín o de manta y es una criatura a la que pueden abrazar, lo cual rebaja los niveles de ansiedad”.
Por supuesto, hay excepciones. Las personas con alergias deberían evitar por todos los medios no solo dormir con sus mascotas, sino evitar que estas se suban a la cama. “Los alérgenos están en la piel del animal”, señala el profesor Dasgupta. “Si este se tumba sobre la cama, significa que vas a estar expuesto a los alérgenos durante ocho horas seguidas. Esto afecta a tus ojos, tu nariz y tus pulmones, impidiéndote dormir bien”.