Agencia Infobae. Diciembre 30, 2023.
No sé por qué hay la manía de que si tengo un gato, tengo que traer otro, y si tengo un perro tengo que traer otro perro.
Y si tengo un perro por ahí traigo un gato o viceversa. La pregunta del millón de dólares es: ¿le preguntaste al perro que tenías, o al gato que tenías y él quiere tener otro compañero? ¿Hiciste un análisis previo de cómo es la sociabilización de tu gato para traer otro gato, o para traer un perro?
¿Cómo se lleva con los otros gatos o con los otros perros? Si el perro estaba antes y odia a los gatos, ¿por qué le querés meter la bronca en tu casa?
Si ya lo hiciste y no tienes otra alternativa, primero lo que te voy a pedir es que no te guíes jamás con las reglas humanas. Para nosotros, “pobrecito, está solito”, es un análisis nuestro.
Porque a lo mejor él está feliz, tanto el perro como el gato por formar esta familia multiespecie o manada multiespecie que constituye tu grupo familiar.
La segunda cosa es si ya cometiste la bronca. El acostumbramiento de uno al otro tiene que ser paulatino, tiene que ser progresivo. Y tiene que ser resguardando la capacidad de huida del más débil, y el más débil es el gato.
Porque el gato puede escapar, pero le tienes que dar la posibilidad de que escape. Los contactas al principio intercambiando las mantas para que perciban los olores.
Se entiende lo que digo para que la manta del gato sea percibida por el perro y la del perro por el gato. Después lo dejas que se vean y que coman de cada lado de una reja.
Y pasado mucho tiempo con el perro sujetado por una correa, los ponés en contacto visual directo, siempre bajo supervisión, en un periodo largo.
El mejor consejo que te puedo dar es: no incorpores un nuevo animal si no estás muy seguro de ello. Porque en realidad va a ser un incordio para tu vida y para la vida de tu animal de compañía.