Agencia Excélsior. Mayo 21, 2025.
Cuando llega la temporada de calor, no solo se trata de buscar sombra y encender el ventilador. Existe un factor al que muchas veces no prestamos atención: el mejor color para pintar la casa cuando suben las temperaturas.
Y es que el color de tu casa, tanto por dentro como por fuera, puede jugar un papel clave en la temperatura interior y en cómo percibes el ambiente en tu hogar.
Elegir sabiamente los colores te ayudará a obtener un confort térmico, mantener un consumo energético más bajo y hasta mejorar la estética. Todo esto para que puedas enfrentar mejor las ondas de calor que afectarán al país en las próximas semanas.
Diversos estudios han demostrado que hay tonos que reflejan mejor la radiación solar, ayudando a mantener frescos los espacios interiores. En contraste, existen aquellos que absorben más calor, lo que puede aumentar la temperatura dentro del hogar.
Los colores más recomendados para las fachadas exteriores son aquellos que reflejen la radiación solar, al menos en un 60% y 90%. Por ejemplo, los tonos claros, como el blanco, beige y gris claro.
Lo mismo pasa con el azul cielo o el verde salvia claro, deben ser tonalidades que transmitan frescura y reflejen bien el sol.
En interiores, los colores no solo afectan la temperatura real, sino la percepción de calor. La psicología del color indica que tonos fríos como azul, verde y blanco producen una sensación de frescura y tranquilidad, lo cual es muy beneficioso durante las olas de calor.
Los colores ideales para interiores en climas cálidos son el blanco roto, azul pastel (especialmente en dormitorios), verde menta (en cocinas), lavanda clara (en salas de estar) o el gris perla.
No es necesario que pintes toda la casa de blanco, puedes combinar paredes blancas con detalles en tonos fríos para mantener el equilibrio entre estética y funcionalidad. Un ejemplo sería pintar tres paredes de blanco y una de azul celeste para dar profundidad sin perder frescura.
También es posible aplicar colores claros en techos y pisos, lo que ayuda a reflejar la luz y mantener la temperatura controlada.
Recuerda que mientras más luz natural puedas aprovechar, menos necesidad tendrás de usar iluminación artificial, lo cual también contribuye al enfriamiento del hogar.
Aunque los colores oscuros como el negro, marrón o azul marino pueden resultar visualmente sofisticados y modernos, no son la mejor opción cuando se trata de climas calurosos.
Los tonos oscuros absorben más radiación solar que los colores claros, ya que según el principio de absorción térmica, convierten la luz solar en energía calórica, lo que provoca un aumento significativo en la temperatura de las superficies exteriores.
Este exceso de calor se transfiere al interior del hogar, especialmente en muros sin buen aislamiento térmico, haciendo que el ambiente interior se torne mucho más caluroso.
Al aumentar la temperatura interior, los sistemas de climatización se ven forzados a trabajar más intensamente para mantener una temperatura confortable. ¿El resultado? Un mayor consumo eléctrico, lo que se traduce en facturas más altas y una mayor huella de carbono.
Y, por si fuera poco, los colores oscuros tienden a degradarse más rápidamente bajo la exposición constante al sol. El calor acumulado acelera la oxidación y descomposición de los pigmentos en la pintura, lo que genera decoloración, manchas y pérdida de brillo.
Así que al final, tendrías que pintar la fachada con mayor frecuencia para mantener su apariencia original.
Elegir los mejores colores para pintar tu casa durante la época de calor no es solo una cuestión estética: es una decisión estratégica que impacta tu bienestar, tu consumo energético y la durabilidad de tus superficies. ¡Lo mismo ocurre con el impermeabilizante que escoges!