Agencia El Diario de Coahuila. Septiembre 10, 2024.
Tras la desaparición de su perra, una pug de nombre “Puggy”, Cecilia Méndez sufrió un calvario. Amenazas, extorsiones, intimidaciones e incluso su vida en riesgo, sumadas a la cantidad de dinero que desembolsó, fue lo que padeció tras compartir en redes sociales sus datos personales y los de su mascota.
“Lamentablemente cuando extravías a una mascota se sube la información a redes sociales, en la que hay personas buenas que te ayudan sin conocerte, que te apoyan compartiendo, pero también personas malas que pudieran querer tomar algún tipo de ventaja”, comparte Rodolfo Colín, fundador de Petloc búsqueda animal, empresa que encuentra a mascotas extraviadas.
De enero a julio de 2024 se registraron 45 robos de animales de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. En el periodo, cifras del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública arrojan que se reportaron 5 mil 962 casos de todo tipo de extorsión.
Cabe señalar que no todas las extorsiones, robos o secuestros de mascotas son denunciados, pues en la mayoría de casos los dueños no recurren a las autoridades y prefieren solicitar el apoyo de empresas particulares como Petloc y Pawify, esta última enfocada en anuncios geolocalizados a través de redes sociales para búsqueda de mascotas.
Además, de acuerdo con Cecilia las autoridades no brindan atención en estos casos, al no ser considerados un asunto relevante.
Hasta el momento no está tipificado como delito el robo o secuestro de una mascota en la CDMX o el Estado de México, pues en estos casos lo que los dueños pueden hacer es denunciar el robo de un bien inmueble, es decir, de un objeto.
De acuerdo con Jonathan, socio fundador de Pawify, con su labor han identificado diferentes modus operandi de extorsionadores.
El primero consiste en que una persona se hace pasar por un transportista, se pone en contacto con el afectado y le solicita dinero para poder enviar a la mascota a través de un servicio de taxi.
En segundo lugar, están aquellas personas que con identificaciones falsas se hacen pasar por protección animal, del mismo modo solicitan dinero argumentando que es para costear alimento, transporte y pensión de la mascota.
Finalmente están aquellos que se hacen pasar por una familia con hijos, estas personas argumentan que salieron y la mascota se encuentra con los menores, por lo que de igual manera solicitan dinero para enviarla.