Agencia Uno TV. Mayo 16, 2025.
Dos águilas Harris, conocidas como “Gorda” y “Karely”, son las encargadas de mantener seguras las operaciones en el Aeropuerto Internacional de Mérida, al evitar que otras especies animales interfieran en los despegues y aterrizajes. Estas aves rapaces, también llamadas gavilanes mixtos, forman parte de un proyecto de cetrería que ha reducido riesgos para la aviación comercial.
Su trabajo consiste en ahuyentar aves como palomas, kaues e incluso otros animales silvestres que pueden poner en peligro las aeronaves. La técnica es efectiva y se emplea también en grandes aeropuertos de todo el mundo.
De acuerdo con Astrid Canto, encargada del área de Cetrería y Control de Fauna en el aeropuerto, estas aves pertenecen al orden faconiformes y tienen la capacidad de dispersar animales como conejos, coatíes o iguanas, además de otras aves que suelen rondar las pistas de aterrizaje.
“El papel más importante es disminuir la presencia de especies que puedan representar un riesgo para los vuelos”, explicó la especialista.
Según Óscar Carrillo, administrador del aeropuerto y representante del Grupo ASUR, el impacto con aves puede ocasionar daños graves en motores o turbinas. En casos extremos, ha provocado accidentes en distintas partes del mundo, cuando las aves son ingeridas por el motor en pleno vuelo.
“El trabajo de estas aves es preventivo, pero crucial. Evitar un solo accidente ya justifica todo el esfuerzo”, señaló.
Gracias a “Gorda” y “Karely”, el aeropuerto de Mérida se mantiene como una terminal aérea más segura para los casi tres millones de pasajeros anuales que transitan por ahí.