Agencia Uno TV. Septiembre 02, 2024.
El cohete Falcon 9 de la empresa SpaceX se mantendrá en tierra mientras la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) investiga por qué su propulsor de primera fase volcó y explotó mientras intentaba aterrizar tras su último lanzamiento, anunció la agencia.
“Se inició una investigación destinada a mejorar aún más la seguridad pública, determinar la causa que originó el incidente e identificar acciones correctivas para evitar que vuelva a suceder”, señaló la FAA.
“El regreso del cohete Falcon 9 a volar depende de que la FAA determine que cualquier sistema, proceso o procedimiento relacionado con la anomalía no afecta la seguridad pública”, agregó el organismo.
La rara e inesperada falla del Falcon 9 se produjo después de que el cohete pusiera en órbita el último lote de 21 satélites proveedores de internet Starlink durante un lanzamiento efectuado a primera hora de la mañana del 28 de agosto.
Una transmisión en la web de la compañía del magnate Elon Musk mostró la primera fase del aparato, que normalmente enciende sus propulsores para lograr un aterrizaje vertical preciso, en momentos en que se inclinaba y explotaba en cuanto descendía sobre la embarcación no tripulada llamada “A Shortfall of Gravitas” en la costa del estado de Florida.
Aunque el aterrizaje del propulsor es un objetivo secundario y no hubo vidas ni propiedades públicas en riesgo, la reutilización de todo el sistema del cohete es crucial para el modelo de negocios de SpaceX.
Con este incidente, se rompió una racha de más de tres años con cientos de aterrizajes exitosos de propulsores.
Falcon 9 es el caballo de batalla de la flota espacial de SpaceX, en el que confían el gobierno estadounidense y la industria privada para poner en órbita satélites y astronautas.
La última vez que el cohete estuvo en tierra fue durante aproximadamente dos semanas en julio, cuando el motor de segunda etapa registró una anomalía que le impidió desplegar otro conjunto de satélites Starlink a la altitud correcta, lo que provocó que se quemaran al reingresar a la atmósfera de la Tierra.
Este nuevo revés podría retrasar el próximo intento de lanzamiento programado de la Polaris Dawn, una misión orbital de varios días organizada y financiada por el empresario multimillonario Jared Isaacman, la cual tiene como objetivo realizar las primeras caminatas espaciales por parte de una tripulación enteramente civil y que ha sido en dos ocasiones.
Esto también podría tener implicaciones para la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), que ya está viviendo una situación anómala tras la primera prueba fallida de la nave de Boeing, Starliner.
La NASA anunció la semana pasada que los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, que volaron en junio a la ISS, no volverían en la cápsula de Boeing, sino en la siguiente CrewDragon de SpaceX que llevara a la nueva tripulación, de hecho, se recortará de cuatro a dos integrantes para que Williams y Wilmore quepan en la cápsula.
El problema es que está previsto que esta nave sea impulsada por un Falcon 9, los cohetes que ahora mismo están bajo inspección.
Un retraso que podría afectar al lanzamiento de la misión Crew 9, prevista para el 24 de septiembre. El cambio de fechas podría también repercutir en la vuelta de la cápsula, fijada para febrero del año que viene, y en la que también regresarían Williams y Wilmore.