Agencia EFE. Mayo 28, 2025.
Casi cuatro décadas después de su último informe sobre el tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) volverá a evaluar los efectos que una guerra nuclear tendría sobre la salud humana y los sistemas sanitarios. La resolución fue aprobada este lunes en la Asamblea Mundial de la Salud, a pedido de 86 Estados miembros, y marca un retorno de la agencia a un asunto que había dejado de abordar tras el fin de la Guerra Fría.
A diferencia de lo habitual en este tipo de encuentros, donde los temas se aprueban por consenso, esta resolución tuvo que ser sometida a votación debido al desacuerdo entre los países. Hubo 28 abstenciones y 14 votos en contra, entre ellos los de Rusia y Corea del Norte, que cuestionaron la pertinencia del mandato y alegaron que requerirá recursos que la organización no puede destinar en medio de su actual crisis financiera.
Entre los que se abstuvieron estuvieron Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Polonia, Turquía, India y Pakistán. Varios de estos países argumentaron que otros organismos ya están realizando investigaciones similares sobre los riesgos de las armas nucleares.
La propuesta fue liderada por un grupo de pequeños Estados insulares del Pacífico —Islas Marshall, Samoa y Vanuatu— que lograron conformar una coalición amplia de apoyo. Se trata de países que fueron directamente afectados por ensayos nucleares en el siglo XX, como los realizados por Estados Unidos, Reino Unido y Francia en sus territorios.
Organizaciones de la sociedad civil, como la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, también presionaron para que el tema regresara a la agenda. Esta entidad —galardonada con el Nobel de la Paz en 1985— celebró la resolución como un paso crucial para actualizar el conocimiento sobre los riesgos de una guerra nuclear.
“Nos complace que la gran mayoría de las naciones reconozcan la importancia de actualizar estos estudios fundamentales”, declaró a EFE Charles Johnson, director de políticas de la organización.
El último informe de la OMS sobre armas nucleares data de 1987, y el último análisis sobre sus efectos en la salud y el medioambiente fue elaborado en 1993. La reactivación de esta línea de estudio se produce en un contexto de tensiones geopolíticas crecientes que involucran a potencias con capacidad nuclear, lo que ha devuelto la amenaza atómica al centro del debate internacional.