Agencia BBC. Junio 12, 2024.
Es la corrección que muchos en México escucharon de sus padres o abuelos, principalmente los educados en el siglo XX, cuando se atrevían a responder con un simple “¿Qué?” a un llamado de atención.
Aunque cada vez más en desuso, aún hay muchos que exigen un “¿Mande?” -de forma interrogativa- o incluso un “Mande usted” -de forma afirmativa- como respuesta.
“Es un marcador vernáculo, sin duda se identifica como mexicano”, dice a BBC Mundo la lingüista Concepción Company, quien es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua (AML).
En la actualidad es cada vez más raro escuchar esta corrección de padres a hijos, pero es sumamente normal escuchar el “¿Mande?”, que se considera menos rudo y seco que contestar con un “¿Qué?”.
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no tiene alguna acepción particular para esta forma del verbo mandar.
Pero la AML sí lo reconoce como una expresión usada en el español de México, la cual, señala, se usa “para responder al llamamiento de alguien”.
“¿Mande? No te oí”, ejemplifica la AML.
Y mientras que a los mexicanos no les causa ninguna extrañeza escuchar esta expresión, para los extranjeros resulta muy llamativo.
“La impresión que da para un extranjero es que se trata de un acto de sumisión del hablante hacia él. Le ordena, le pregunta o le solicita algo”, señala Company.
Durante mucho tiempo, en México se ha ubicado el origen de esta forma de responder a un llamado de atención en la época del colonialismo español (1521-1821).
Se dice que la población de origen indígena y las castas inferiores de la pirámide social novohispana eran educadas para responder “comándeme” a la nobleza o los patrones.
Pero para sorpresa de muchos, esto es algo que no tiene sustento documental.
Company buscó en el Corpus Diacrónico del Español – que recoge textos todas las épocas y lugares en que se habló español- y no hay ninguna referencia que indique alguna forma de imposición colonial para el uso del “¿Mande?”.
“Más de 9.000 documentos y no hay ni un solo ‘¿Mande?’ en el periodo colonial, desde 1494-de cuando es el primer documento, que corresponde al área del Caribe- hasta 1905, en el periodo de Independencia”, indica la académica a BBC Mundo.
Lo que sí hay son miles de referencias en documentos administrativos con fórmulas como “mande a informar”, “mande a decir”, “mande a hacer vuestra señoría”, “mande solicitar vuestra merced”.
Y la única referencia de aquella época al uso que se le da en México al “mande” aparece en una obra de 1608de Juan Ruiz de Alarcón en la que se escribe “Mande vuacé (de vuestra merced)”.
“Los corpus históricos no permiten decir que esto sea un acto de sumisión colonial. Es un acto de respeto, es un acto de habla directivo, eso sí, es respetuoso; pero la documentación directa de este ‘mande’ en la colonia no existe”, señala Company.
Y en su libro “Minucias del lenguaje”, el lingüista y filólogo José Moreno de Alba afirma que esta expresión mexicana debe considerarse “como una manifestación del carácter señaladamente cortés del español mexicano”.
Pese a no haber documentación, para los especialistas es evidente que su uso se extendió y arraigó en México desde hace un par de siglos y que es una expresión que ha vivido en la oralidad.
“Lo que nos queda de la lengua escrita de periodos antiguos, o bien es literatura, y ahí no hay rastro, o bien son documentos administrativos, líricos, y es difícil que alguien vaya a reproducir ‘me dijo mande’. Eso es difícil”, reconoce Company.
Por lo demás, según los lingüistasel “¿Mande?” no es ninguna “anomalía” del lenguaje mexicano, sino simplemente es uno de muchos verbos del español que migraron al habla cotidiana.
“Se engloba en el conjunto de partículas discursivas que se llaman deverbales, porque derivan de verbos”, explica Company, quien pone como ejemplos de esto el “¿Viste?” de los argentinos, o el ¿Vale? de los españoles.
En múltiples sitios mexicanos sobre educación de hijos se trata este tema y hasta hay recomendaciones para “desterrarlo” del habla de los menores de la actualidad.
“Es importante que a los niños se les enseñe que tienen poder de decisión sobre sí mismos y no que otras personas pueden disponer sobre ellos. Perdamos el miedo a que tachen a nuestros hijos de mal educados y eduquemos seres pensantes y libres”, dice una entrada en el sitio mexicano Padres e Hijos.
Pero Company no está de acuerdo.
“Que se percibe como sumisión, sí. Los extranjeros lo perciben como sumisión efectivamente, pero porque es un verbo de mandato, es un causativo de mandato y obviamente es muy fuerte”, indica Company.
En algunas regiones rurales de la propia España, bien entrado el siglo XX, aún se escuchaba el “¿Mande?” como se usa en México. Y en el catalán se dice “mani’m” (mándeme) o su forma más simple, “mana?” (¿Mande?)”.
Y entre ellos no tiene nada que ver con sumisión, pues se usa entre iguales, sobre todo entre personas mayores.
Por eso Company apunta: “No creo que los mexicanos lo digan por sumisión, lo dicen por respeto, que son cosas muy distintas”.