Agencia Infobae. Diciembre 13, 2023.
¿La Navidad es un día de alegría? No para todos.
Sin duda, la época navideña es para algunos un tiempo de paz, de felicidad y de mucho amor, en el que muchas personas se sienten contentas.
Sin embargo, no todos viven esta temporada de la misma manera, mostrando así la “otra cara de la Navidad”. Pero, ¿por qué sucede esto?
Aunque no está establecido como un trastorno, la “depresión blanca” o “blues de Navidad” es un estado de ánimo negativo temporal hacia todo lo que tiene que ver con esta época.
Los síntomas son múltiples: insomnio, ansiedad, tristeza, falta de apetito, mal humor.
Patricia Bermúdez Lozano, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, indicó que las percepciones psicológica, familiar, social y económica son factores que influyen en la “depresión blanca”.
“Para algunos es una época de mucho estrés y desgaste, de desmotivación por no tener una estabilidad económica o de desestabilización psicológica por problemas no resueltos en su vida personal, como no haber cumplido metas por diferentes razones, o por estar en duelo por la pérdida de seres queridos”, manifestó.
Y agregó que esta depresión navideña “puede estar predispuesta genéticamente en aquellas personas que han tenido familiares que padecen de una depresión severa”.
Si la Navidad supone para ti estrés o te deprime un poco, quizá te puedan ser útiles las acciones que Bermúdez Lozano sugiere para salir del abatimiento:
En los países del hemisferio norte (como México), las festividades de fin de año coinciden con la temporada invernal. Y el frío puede influir de manera importante y negativa en el ánimo de las personas.
La profesora Bermúdez Lozano comentó que no se debe pasar por alto lo que se conoce como el trastorno afectivo estacional. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental, esta condición es un tipo de depresión que se caracteriza por su patrón estacional recurrente, con síntomas que duran entre cuatro y cinco meses al año.
Su origen tiene que ver con los días cortos, oscuros y fríos de invierno, y no con lo que la Navidad supone.
Bermúdez Lozano explicó que una menor exposición a la luz solar y una baja luminosidad (sucesos que ocurren en la temporada de invierno), afectan a dos sustancias químicas cerebrales: la melatonina y la serotonina.