Agencia Uno TV. Septiembre 20, 2024.
Su origen se remonta a tiempos muy antiguos, y está ligado a diversas culturas y tradiciones culinarias; por ejemplo, se cree que Hipócrates, el famoso médico de la Grecia Antigua, fue uno de los primeros en utilizar bebidas amargas a base de hierbas y vino para estimular el apetito.
Estas se tomaban antes de las comidas para preparar el estómago.
En la Antigua Roma también tenían la costumbre de consumir pequeñas porciones de alimentos salados antes de las comidas principales; esto se hacía para abrir el apetito y preparar el cuerpo para una comida más abundante.
La costumbre se extendió por toda Europa durante la Edad Media, pues se servían pequeñas porciones de pan, queso, embutidos y frutas. En Italia, Antonio Benedetto Carpano inventó el vermut, un vino aromático con adición de quina, que se popularizó por su capacidad para estimular el apetito.
La costumbre se consolidó en toda Europa entre los siglos XIX y XX, y se extendió a otros continentes, adaptándose a las costumbres y tradiciones culinarias de cada región.
La principal razón era preparar el estómago para una comida más abundante y saborear mejor los platos principales, pero con el tiempo se convirtieron en un momento de socialización y reunión, antes de una comida formal o una cena.
Los aperitivos permitieron experimentar con diferentes sabores, texturas y combinaciones de ingredientes.
Hoy en día, los aperitivos son una parte fundamental de la gastronomía en todo el mundo, y existen infinidad de opciones, desde las más sencillas hasta las más elaboradas, y se adaptan a cualquier ocasión y gusto.
Recuerda que los aperitivos deben de ser pequeñas porciones de comida para estimular el apetito, no para saciarlo. A menudo tienen sabores intensos y variados para despertar los sentidos, y son fáciles de comer con las manos o con cubiertos sencillos.
Comida:
Bebidas:
Son una excusa para reunirse con amigos y familiares, además de que permiten probar diferentes sabores y texturas antes de la comida principal.