Agencia Infobae. Diciembre 13, 2023.
Es frecuente que una persona olvide la palabra que necesita durante una conversación. Además de lo frustrante de estos episodios, las causas tienen diversas explicaciones relacionadas con el estrés y la ansiedad experimentados a lo largo del día. Incluso hay definiciones que apuntan a errores de sustitución de sonidos del habla, como se explica en la Enciclopedia de las Ciencias Neurológicas de Estados Unidos.
Los neurocientíficos denominan fenómeno de la “punta de la lengua” (ToT, por sus siglas en inglés) a la experiencia de olvidar una palabra específica a pesar de conocerla y haberla empleado en ocasiones anteriores. Para solventar el problema en una charla, se suele recurrir a sinónimos y expresiones similares.
Las personas de la tercera edad son quienes experimentan estos episodios con más frecuencia en comparación con otros grupos etarios. El fenómeno de la punta de la lengua puede aumentar en personas que hayan autopercibido un deterioro cognitivo leve, como breves lapsus en la memoria. En algunos casos, estas señales pueden marcar el inicio de alguna enfermedad que desencadene disfunción cognitiva, según un estudio publicado en Plos One.
Las experiencias de la punta de la lengua son normales y generan pocas preocupaciones en personas jóvenes. Los episodios son más habituales en adultos mayores, pero por sí mismos, son señales poco claras de un deterioro cognitivo.
El estudio mencionado reveló que los adultos mayores con quejas de memoria presentaban más problemas de este tipo durante un experimento en el cual debían nombrar celebridades.
Factores como fatiga, estrés y falta de sueño pueden incidir en la manifestación del fenómeno de la punta de la lengua. Estar bajo presión o en situaciones de nerviosismo también puede agravar estos lapsus.
Una de las principales señales que indican una mayor frecuencia es la limitación del léxico y en la capacidad de manipular los sonidos que componen las palabras, lo que se denomina acceso fonológico, según un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology.
La capacidad de recuperar los sonidos asociados a las palabras, según la investigación, es un posible marcador temprano de deterioro cognitivo leve. Pacientes con este tipo de problemas experimentaron dificultades en recordar nombres propios, lo que indicó un vínculo directo con el acceso léxico.
El estudio señaló que medidas metacognitivas, como la familiaridad y el sentimiento de saber, mostraron descensos significativos en aquellos con deterioro cognitivo leve. La capacidad de evaluar y gestionar el propio conocimiento también se ve afectada. Respecto a la fluidez semántica, relacionada con la recuperación de significados, se vio más afectada en este mismo grupo de personas.
A lo largo del tiempo, se observó una disminución constante en el acceso fonológico en todos los grupos, independientemente de la progresión del deterioro cognitivo. Las medidas semánticas y de familiaridad aumentaron, posiblemente debido a efectos de práctica, mientras que la fluidez semántica se mantuvo estable.
Aunque investigaciones anteriores habían estudiado el ToT en grupos con deterioro cognitivo, se descubrió que este fenómeno también se presenta con más frecuencia en situaciones de compañía. En un experimento, los participantes enfrentaron preguntas de conocimientos generales, y aquellos en grupos pequeños informaron más ToT que aquellos que se enfrentaron solos al desafío. La memoria correcta no se vio afectada, lo que sugiere que el fenómeno está separado del proceso de recuperación, según el estudio publicado en Frontiers.
El estudio sugiere que recordar en grupo amplifica la creencia de que la palabra objetivo se recordará con éxito. Este impulso interno se basa en una evaluación metacognitiva de la eficiencia del recuerdo grupal.
La idea es que las personas, al estar juntas, creen que es más probable que recuperen con éxito la palabra. Alrededor del 31% de los casos de ToT en grupos pequeños fueron compartidos por dos o más participantes para las mismas palabras. Aunque inicialmente podría sugerir contagio social, la investigación argumenta que más allá de eso, está en juego una poderosa evaluación interna.
Algunas recomendaciones para evitar el ToT son intentar recordar por sí mismos antes de buscar pistas o ayuda, ya que ejercitar la mente puede ser beneficioso para mantener activas las conexiones neuronales. Además, la práctica de ejercicio físico regular y una dieta nutritiva estimulan la memoria y la función cognitiva, especialmente en la vejez. Mantener relaciones sociales y participar en actividades mentales desafiantes, como resolver puzzles o juegos, son otras maneras de prevenir el declive cognitivo.
Según la investigación publicada en Communications Medicine, participar en ejercicio aeróbico tiene un impacto positivo en la memoria episódica, especialmente en personas mayores de 55 años sin demencia. Los científicos encontraron que la memoria mejoró en aquellos que participaron en estas rutinas regulares. Además, descubrieron que los beneficios eran más notables en participantes más jóvenes (entre 55 y 68 años) y en aquellos con una mayor proporción de mujeres.
La intensidad y la duración de la actividad física también jugaron un papel crucial en los resultados. Para obtener los máximos beneficios, se recomendó una duración de sesión de 15 a 90 minutos, tres veces a la semana, durante 18 a 39 semanas, lo que equivale a más de 3900 minutos totales de actividad.
Los investigadores destacaron que la actividad física puede ser una intervención accesible y de bajo costo para mejorar la memoria en la edad adulta tardía.