Agencia El Universal. Marzo 01, 2024.
Recientemente, el volcán Popocatépetl tuvo exhalaciones que provocaron la caída de ceniza por varias partes de la CDMX y el Estado de México. Recordemos que la ceniza se produce debido a la fricción de las rocas al momento de salir del cráter del volcán, pulverizándose en un polvillo café.
Coches empolvados, vuelos cancelados y recomendaciones sanitarias de no salir de casa son los efectos que ha dejado este evento natural. Sin embargo, ¿te has preguntado qué pasa si le cae ceniza a tu comida? ¿aún la puedes comer? En Menú te contamos.
En el ambiente, tras una exposición prolongada, la ceniza puede causar irritación de garganta y ojos, dificultades para respirar, y una tos áspera producto de la inhalación del polvillo. También puede provocar reacciones alérgicas en la piel ya que la ceniza es un agente abrasivo. También es posible que produzca conjuntivitis, otros tipos de alergias o problemas respiratorios a corto plazo.
Hace unos años, se hizo popular un video de unas personas preparando unas micheladas con escarcha de ceniza. Probablemente, el video fue realizado de manera irónica, sin embargo, sirvió de reflexión para saber qué pasa si la ingieres.
Si bien, la comida llena de tierra no es apetitosa, mucho menos es saludable. La ceniza, al tener sustancias nocivas, puede resultar muy dañina para nuestro organismo. De acuerdo con la Escuela de Nutrición de la Universidad de Costa Rica, la ceniza puede contener azufre, cobre, zinc, flúor, aluminio, plomo, arsénico, cristales de sílice y componentes del vidrio.
Estos elementos pueden causar severas intoxicaciones, especialmente en infancias, personas de la tercera edad y embarazadas. Al estar en el ambiente es posible que las partículas de ceniza caigan en alimentos vendidos al exterior, como en carritos de fruta lista para comer o algunos puestos en la calle.
El ingerir ceniza también puede causar problemas gastrointestinales, provocar alergias fuertes e inflamación estomacal. Este mismo estudio costarricense, explica que en las zonas más cercanas al volcán las partículas se quedan en nariz y garganta, al ser más grusas. En las zonas más alejadas, el polvillo es más fino, llegando a los pulmones.
Algunos de los consejos que se han dado por parte de las autoridades oficiales es evitar comer en estos sitios, ni caminando en la vía pública; tapar depósitos de agua, usar cubrebocas y evitar hacer actividad física al exterior.
Si la ceniza entró por tu cocina, no la soples, retírala con un cepillo o escoba y tírala, de lo contrario, la esparces por todo el ambiente. En zonas grasosas, retírala con un trapo húmedo y no olvides lavar frutas, verduras y tus propias manos.
Ante cualquier síntoma de malestar estomacal, irritación de ojos, garganta y dificultad para respirar, es mejor consultar a un especialista médico para establecer un tratamiento adecuado.