Agencia Excélsior. Noviembre 15, 2024.
Corea del Sur es conocida globalmente por sus avances tecnológicos y la expansión de su industria musical, pero detrás de este éxito se esconde una realidad devastadora: es el país con la tasa de suicidios más alta entre las naciones de la OCDE. Según datos de Statista, alrededor de 13,000 personas se suicidaron en 2022, una cifra alarmante para una nación tan pequeña y moderna. Esta situación, impulsada en gran parte por la cultura competitiva y la presión social hacia el éxito profesional, afecta especialmente a los jóvenes.
Comparativamente, en México, la tasa de suicidios es notablemente menor. De acuerdo con el INEGI, en 2023 se registraron 8,837 suicidios, con una tasa de 6.8 por cada 100,000 habitantes, significativamente inferior a la de Corea del Sur, que fue de 25.2 en 2022 (Statista). Mientras que en México los hombres representan el 81.1% de los suicidios, en Corea del Sur los jóvenes, sin importar el género, enfrentan un riesgo creciente. Entre los adolescentes y adultos jóvenes coreanos, el suicidio ha sido la causa principal de muerte desde 2011, reflejando cómo la presión académica y profesional está afectando sus vidas.
De acuerdo con SWI swissinfo.ch, el aumento de suicidios en Corea del Sur durante 2023 (con 6,375 personas que se quitaron la vida en los primeros cinco meses) podría estar relacionado tanto con el deterioro económico como con un fenómeno de “imitación” tras la muerte del actor Lee Sun-kyun. Este actor, quien ganó fama mundial por su papel en la aclamada película Parásitos, atentó contra su vida al no poder soportar la presión pública derivada de una investigación por consumo de drogas.
Según el Ministerio de Salud y Bienestar de Corea del Sur, factores como la presión social, la inseguridad económica y el aislamiento exacerbado por la pandemia han intensificado esta crisis. En contraste, aunque en México la juventud también enfrenta problemas como la pobreza y el desempleo, la estructura social permite un mayor apoyo familiar y comunitario, lo cual puede funcionar como un amortiguador ante las crisis personales.
El fenómeno de los “idols” en Corea del Sur, figuras altamente reconocidas en la música y el entretenimiento, también ha visibilizado la carga psicológica que enfrentan los jóvenes. Estos artistas, como actores y cantantes de K-pop, soportan agendas intensas, entrenamiento estricto y una exposición constante que los somete al escrutinio público. La presión para mantener una imagen perfecta y el temor a la “cancelación” contribuyen a su carga mental, con casos trágicos de suicidio entre famosos que han inspirado a otros jóvenes a seguir el mismo camino. Este fenómeno refleja cómo la cultura de éxito y competitividad en Corea del Sur puede ser perjudicial.
Hace apenas unos días se informó que el actor, Song Jae Rim, de 39 años, fue hallado sin vida en su hogar. En abril de 2023, el mundo del entretenimiento en Corea del Sur fue sacudido por la trágica noticia de la muerte de Moon Bin, joven cantante, actor y modelo surcoreano del grupo de K-pop Astro, quien se quitó la vida a los 25 años.
Este lamentable suceso se suma a la lista de pérdidas en la industria del K-pop. En 2019, la cantante y actriz Goo Hara fue encontrada sin vida en su hogar en Seúl. Ese mismo año, Sulli, otra reconocida estrella de K-pop y amiga cercana de Goo Hara, también se suicidó, tras años de sufrir acoso en internet.
A estos nombres se añaden los de Minwoo y Jonghyun, jóvenes cantantes de K-pop que fallecieron en circunstancias similares en 2018 y 2017, respectivamente.
La presión académica y el temor al fracaso, exacerbados por la expectativa de éxito que exige la sociedad coreana, son factores clave. Según una encuesta realizada en 2023, el 43% de los estudiantes de secundaria en Corea del Sur han considerado el suicidio por el estrés académico (Statista). Esto, sumado a la falta de apoyo en salud mental y la escasez de profesionales en los centros de prevención del suicidio, crea una tormenta perfecta para una crisis de salud pública.
Desde que el gobierno coreano implementó un programa de prevención del suicidio en 2004, ha intentado frenar esta problemática sin mucho éxito. La falta de profesionales capacitados y el limitado presupuesto destinado a la salud mental son algunos de los obstáculos. En contraste, México ha avanzado en campañas de concienciación y programas de prevención, aunque la inversión también es limitada. Sin embargo, la menor presión social y la diferencia cultural han permitido a México mantener una tasa más baja en comparación con Corea del Sur.
La situación en Corea del Sur es un llamado de alerta para todas las sociedades que impulsan el éxito profesional por encima del bienestar personal. Los suicidios en Corea del Sur, especialmente entre los jóvenes, muestran la urgencia de un cambio que permita un equilibrio entre el éxito y la salud mental.