Agencia Excélsior. Junio 12, 2025.
Una explosiva erupción solar ocurrida el 31 de mayo de 2025 provocó una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) dirigida directamente hacia la Tierra, generando una tormenta geomagnética severa clasificada como G4, el segundo nivel más alto en la escala utilizada por la NOAA.
El evento fue captado en tiempo real por instrumentos del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos (NRL), entre ellos el coronógrafo CCOR-1, operando a bordo del satélite GOES-19.
Una tormenta geomagnética ocurre cuando partículas cargadas del viento solar interfieren con el campo magnético de la Tierra, alterando su equilibrio y provocando consecuencias que pueden ir desde auroras polares hasta fallas en infraestructura tecnológica crítica.
La clasificación G4 indica una perturbación intensa que, según la NOAA, puede:
El fenómeno fue registrado como una CME de halo, es decir, una eyección de masa coronal que se expande en todas las direcciones y cuyo centro apunta hacia la Tierra. Según el científico computacional Karl Battams (NRL), el evento tuvo una velocidad de más de mil 700 kilómetros por segundo.
La erupción, aunque considerada lenta en términos solares, liberó una cantidad significativa de energía que impactó directamente la magnetosfera terrestre, generando auroras visibles hasta en Nuevo México, Estados Unidos.
Los especialistas advirtieron que este tipo de eventos extremos puede comprometer sistemas militares y de defensa nacional. Entre los sistemas vulnerables se encuentran:
Arnaud Thernisien, físico del NRL, recalcó la relevancia de estas alertas para que agencias como el Departamento de Defensa se preparen ante posibles interrupciones tecnológicas.
Aunque las tormentas solares de gran magnitud no son frecuentes, eventos extremos pueden tener consecuencias severas. Un CME de alta velocidad puede alcanzar la Tierra en tan solo 18 horas y afectar infraestructuras tecnológicas globales.
Además de las afectaciones técnicas, estos fenómenos permiten el estudio del clima espacial y mejoran la preparación ante posibles amenazas futuras, tanto civiles como militares.