Agencia El Economista. Abril 03, 2025.
Alejandra Estudillo Torres es una de las figuras a seguir para México hacia los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Convertirse en referente de un país en clavados, un deporte que ha sido marcado por los éxitos de Joaquín Capilla, Paola Espinosa y muchos otros campeones ha sido, literalmente, una conquista kilométrica para Ale, como le llama su entorno cercano.
Nació en Ixtacomitán, un municipio con menos de 11,000 habitantes en el estado de Chiapas, al extremo sur del país. Pero siendo bebé se trasladó junto con sus padres y hermano al Estado de México, por motivos laborales, y allí formalizó su romance con los clavados.
“Aproximadamente fue cuando Ale iba a cumplir nueve años. En ese momento el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, hizo un evento para dar becas por aprovechamiento y mi hijo (Giberth, hermano de Alejandra) recibió una en el deportivo de Tultitlán. El gobernador también hizo el anuncio de que ahí iba a ser la primera escuela de clavados del Estado de México. Ale iba conmigo, lo escuchó y no descansó una semana completa hasta que la llevé a hacer la prueba”, cuenta a El Economista, Fernanda Torres, madre de la atleta.
Alejandra participará en la primera de tres etapas del Mundial de Clavados 2025 de World Aquatics, que se celebrará en Guadalajara antes de partir a Canadá y culminar en China el 4 de mayo.
Se trata de uno de los máximos eventos de este deporte a nivel global. México buscará medallas con 12 representantes en Guadalajara, de los cuales, la mitad tiene experiencia en Juegos Olímpicos, como es el caso de Alejandra Estudillo (junto a Osmar Olvera, Gabriela Agúndez, Juan Manuel Celaya, Randal Willars y Kevin Berlín).
Alejandra participó en París 2024 de forma inesperada, a través de una plaza de reasignación de World Aquatics. Su novatez no la intimidó y, por el contrario, logró el sexto lugar en la final de trampolín de tres metros con 19 años de edad.
Su nombre continuó creciendo después de esos Juegos Olímpicos. Comenzó 2025 con una beca deportiva y académica del 100% por la Universidad de Texas y, días antes de llegar al Mundial de Guadalajara, se convirtió en campeona de trampolín de 3 metros en el prestigioso circuito colegial de Estados Unidos (NCAA).
“Desde muy chiquita sabe lo que quiere, trabaja por ello y es muy entregada, es algo que la caracteriza mucho”, describe su mamá.
“Ahora que está en la universidad sus profesores le dicen que, a pesar de que el inglés no es su primer idioma, su trabajo está muy bien hecho para ser novata. Siempre ha sido así, sin embargo, ahorita se ve todavía más segura en la parte educativa. En la deportiva sigue siendo la misma, pero aprovechando al máximo las herramientas que le proporcionan”.
Esa tenacidad la pone como protagonista dentro de una nueva camada de clavadistas mexicanos que busca escribir su propia historia, tras el adiós en años recientes de figuras como Alejandra Orozco, Rommel Pacheco y Paola Espinosa.
Antes de cumplir una década de vida, Alejandra Estudillo ya había repartido su vida entre Chiapas y Estado de México. Aunque su familia se estableció en Tultitlán, viajaba en vacaciones para convivir con sus abuelos en Ixtacomitán, donde ella hacía sus primeros clavados en el Río Blanco.
Su primer entrenador en clavados fue Giann Tejada, en Tultitlán. Con trabajo conjunto, Alejandra ganó un selectivo para ir a una competencia panamericana júnior en Chile a los 14 años, que sería la puerta a una nueva mudanza.
Y es que después de competir allí, Giann Tejada fue invitado a unirse al cuerpo técnico de clavados del Instituto Estatal de Cultura Física y Deporte (INDE) de Nuevo León.
Tejada y Rolando Prieto, un entrenador cubano radicado en Nuevo León desde la década de los 90, avalaron una beca del 100% para Alejandra Estudillo en cuanto a deporte y escuela (en ese momento estaba en secundaria). Sus padres dieron el consentimiento y empezó una nueva etapa en Monterrey.
“Mi esposo le dijo: ‘Que nuestros miedos no corten tus alas. Somos de un estado donde tenemos que migrar para hacer cosas diferentes y, si a ti te toca hacerlo a esta edad, te apoyamos’. Ahora que está en la Universidad de Texas aún nos duele un poco la separación, sin embargo, creo que los frutos que se han dado valen la pena”, confirma Fernanda Torres.
En cinco años representando a Nuevo León, con el chino Shi Qing Yang como entrenador, Alejandra consiguió sus primeras medallas internacionales en los Juegos Panamericanos Junior Cali 2021 y el Campeonato Mundial de Clavados Doha 2024. De igual forma, su rendimiento le permitió ser seleccionada por México para los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y la cúspide: los Juegos Olímpicos París 2024.
“Mi más grande sueño es una medalla olímpica y obviamente apunto a la de oro. Trabajo todos los días por eso, aunque pienso que es más importante disfrutar el proceso que el resultado, por lo que vives todos los días”, dijo Alejandra en entrevista con el diario Esto.
Después de quedarse a tres lugares del podio en París 2024, vino una nueva mudanza hacia Texas. En menos de un semestre ya dio resultados, lo que demuestra el entendimiento que tiene con su nuevo entrenador, Matt Scoggin, quien representó a Estados Unidos en clavados en los Juegos Olímpicos Barcelona 1992.
“Desde que Ale fue campeona panamericana junior, la Universidad de Texas se acercó a ella y a nosotros para ofrecerle una beca. Hubo cuatro universidades más que se acercaron, de las cuales sólo visitamos dos y Ale se quedó enamorada de la forma de trabajo de Texas y su entrenador, nos gustó mucho su parte humana y sensible.
“Mi esposo tuvo pláticas con la universidad porque Ale aún era menor de edad en México y aún es menor de edad en Estados Unidos. Texas ofreció 100% de beca educativa y deportiva, eso fue lo que nos llamó la atención y, sobre todo, lo que el entrenador Matt dijo: ‘Si ella ya es una olímpica, yo voy a hacer que llegue, junto con su entrenador en México, a unos Juegos Olímpicos mejor preparada’”.
Por ahora, la clavadista cuenta con respaldo de la Universidad de Texas, del INDE de Nuevo León, de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y ya tuvo acercamientos del Instituto del Deporte de Chiapas “para ver en qué pueden apoyarla”, destaca su mamá.
Si bien su más grande referente era Paola Espinosa, a quien conoció en París 2024, el deporte no es la única aspiración de Alejandra, pues aspira a graduarse de arquitectura o diseño de interiores en Texas, después de dos años de tronco común.
Hay más de 2,000 kilómetros de distancia entre Ixtacomitán y Texas, que representan el origen y actualidad de Alejandra Estudillo, con escalas en Estado de México y Nuevo León. Su sueño de ser medallista olímpica sigue en travesía, como lo ha hecho su familia por generaciones.
“Venimos de una familia con formación de migración siempre para crecimiento. Creo que en Chiapas hay oportunidades distintas, pero en el caso de Ale, con los clavados, no se tiene ese deporte habilitado. Mi esposo estudió ingeniería en control y automatización, algo que en Chiapas es difícil de trabajar, por eso seguimos por acá (en el Estado de México), pero como matrimonio nuestra idea es regresar como adultos mayores, aunque no sabemos si nuestros hijos regresarán”.
Y es que mientras Alejandra persigue el sueño de unirse al grupo de clavadistas mexicanos con medalla en Juegos Olímpicos, su hermano, Giberth, acaba de graduarse en ingeniería mecatrónica en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). Ambos están forjando un prestigio kilométrico.