Agencia Excélsior. Julio 17, 2024.
La estadunidense Simone Biles, desembarca en París dispuesta a consolidar su legado de mejor gimnasta de la historia y de ícono olímpico que trasciende su deporte, tanto en el triunfo como en la derrota. A sus 27 años, la portentosa atleta quiere ampliar una rebosante vitrina en la que brillan cuatro oros olímpicos, todos ellos logrados en su estreno de Río 2016.
En los pasados Juegos de Tokio se esperaba que repitiera esa colosal actuación, pero terminó siendo protagonista por la forma en que afrontó un bloqueo mental que le obligó a renunciar a la mayoría de pruebas.
Biles fue víctima de un fenómeno conocido como “twisties”, que provoca que los gimnastas pierdan el sentido de la orientación cuando están en el aire y se arriesguen a malas caídas y lesiones. La estadunidense, que había logrado una medalla de plata en el concurso general por equipos, fue capaz de volver a la competición antes del final de la justa y se adjudicó un bronce en la barra de equilibrio.
En París, Biles será la gimnasta olímpica estadunidense más veterana desde Marie Margaret Hoesly en 1952 y no tiene inconveniente en reconocer los desafíos de competir a su edad, incluso rememorando su primera participación en una justa de esa índole.
“En Río, podía hacer cualquier cosa. Era como un pequeño hámster en una rueda, siempre corriendo”, recordó la que fue una de las etapas más memorables a lo largo de su carrera como atleta olímpica.
En su preparación previa a los Juegos de la capital de Francia, Biles no descuida el cuidado de su salud mental siguiendo “religiosamente” sesiones semanales de terapia que, según ella, son la clave de que haya regresado a su mejor nivel.
“Nadie me obliga a hacerlo. Me levanto todos los días y elijo trabajar en el gimnasio y rendir sólo para recordarme a mí misma que todavía puedo hacerlo… ése es mi porqué”, sentenció Simone Biles antes de competir en los próximos Juegos Olímpicos.