Agencia Excélsior. Octubre 04, 2024.
Un médico de San Diego se ha convertido en el tercer implicado en el caso de la sobredosis que terminó con la vida de Matthew Perry. Los fiscales han trabajado para reunir testigos y colaboradores en su búsqueda por responsabilizar a dos personas más, consideradas los principales culpables de la muerte del actor de “Friends”.
El miércoles, el Dr. Mark Chávez, de 54 años, decidió declararse culpable de conspirar para distribuir ketamina, droga que también se utiliza como anestésico quirúrgico. Esto ocurrió en un tribunal federal de Los Ángeles, tras un acuerdo alcanzado con los fiscales en julio pasado.
Tras declararse culpable, Mark Chávez acordó cooperar con los fiscales en su intento por levantar cargos más graves contra el Dr. Salvador Plasencia, otro médico a quien se le acusa de haber suministrado ketamina a Matthew Perry.
Además, la investigación apunta a una mujer identificada como Jasmine Sangha, quien presuntamente dirigía una red de tráfico de ketamina en Los Ángeles, ganándose el apodo de la “reina de la ketamina”. Según los fiscales, Sangha habría sido la persona que proporcionó las dosis que finalmente llevaron a la muerte del actor.
El Dr. Chávez, acompañado de su abogado, acudió a la corte y respondió a una serie de preguntas de la jueza Sherilyn Peace Garnett, renunciando así a su derecho a un juicio. Durante la audiencia, los fiscales detallaron cómo Chávez y Plasencia se reunían para intercambiar ketamina que Chávez conseguía mediante recetas fraudulentas.
Se calcula que entregó 22 viales de ketamina y nueve pastillas, una cantidad significativa para su distribución ilícita. En medio de los cargos que se le imputaron, un fiscal recordó la trágica muerte de Perry.
“¿Se declara culpable porque hizo las cosas que describieron los fiscales?”, preguntó la jueza Garnett. “Sí, señoría”, respondió Chávez.
Aunque el médico se encuentra libre bajo fianza, se espera que se le dicte sentencia el 2 de abril. Como parte de las condiciones, ha entregado su pasaporte y aceptado renunciar a su licencia médica.
Aunque los fiscales han solicitado una condena de hasta 10 años, su colaboración con la justicia podría resultarle en una pena mucho menor.
“Mark se declaró culpable y eso es ahora un registro público. Aceptas la responsabilidad y luego dictas sentencia”.
El caso no solo implica a Chávez, ya que otros colaboradores de Perry también han aceptado trabajar con los fiscales. Su asistente personal confesó haberle ayudado a conseguir e inyectarse ketamina, mientras que otro conocido del actor reconoció haber actuado como mensajero de la droga.
Matthew Perry fue encontrado muerto el 28 de octubre de 2023. Según el informe del médico forense, la ketamina fue la causa principal de su fallecimiento. El actor había estado usando la droga bajo prescripción médica como un tratamiento experimental para la depresión, aunque no estaba aprobado oficialmente.
El problema comenzó cuando Perry empezó a buscar más ketamina de la que su médico le proporcionaba. Alrededor de un mes antes de su muerte, conoció al Dr. Plasencia, quien presuntamente pidió a Chávez que le suministrara más de esta peligrosa sustancia.
Los documentos judiciales incluyen conversaciones de mensajes de texto entre Plasencia y Chávez, que revelan la naturaleza del acuerdo.
“Me pregunto cuánto me va a pagar este imbécil”, escribió Plasencia en un mensaje a Chávez.
El mismo día, se reunieron en Costa Mesa, donde intercambiaron varios frascos de ketamina.
Los fiscales también presentaron pruebas de que, tras vender las drogas por 4 mil 500 dólares, Plasencia le preguntó a Chávez si estarían dispuestos a seguir suministrando ketamina para convertirse en el proveedor exclusivo de Matthew Perry.
“Depende de tu tolerancia al riesgo”, respondió Chávez, mostrando su disposición a seguir adelante.
Más tarde, cuando Plasencia sugirió abrir una clínica de ketamina, el Dr. Chávez respondió que aceptaría la propuesta, siempre y cuando no hubiera “cosas turbias” involucradas.
En agosto, el fiscal estadunidense Martin Estrada señaló que los médicos implicados “se aprovecharon del historial de adicción de Matthew Perry” para suministrarle ketamina, sabiendo que las cantidades eran peligrosas y podrían ser fatales.