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Ed Maverick se sincera tras retraso en concierto: ‘Tuve un ataque de pánico’

Ed Maverick se sincera tras retraso en concierto: ‘Tuve un ataque de pánico’

  • El originario de Delicias, Chihuahua, se disculpó por arrancar tarde su show en la Sala Nezahualcóyotl y compartió que libró un ataque de pánico.

Agencia Excélsior. Junio 17, 2025.

Eddie salió 100 minutos tarde a su concierto de la Sala Nezahualcóyotl el jueves por la noche.

Sacó de onda porque en sus redes sociales juró insistentemente que saldría puntual, incluso se advirtió que las puertas se cerrarían 10 minutos antes. Entonces, al ver la demora, la raza se desesperó, empezó la rechifla, se largó al baño, por snacks. “Se mamó”, decían en las filas del baño. El tema fue más severo de lo que pensaron y se enterarían a medio concierto.

Ed Maverick pisó el escenario un poco errante, desde el balcón que ocupamos, vimos cómo salió entre las sombras, poco cabizbajo, con su guitarra y respaldado por un cuarteto de cuerdas, tres damas violinistas y una chelista. Empezó, precisamente, con la atmósfera ambiental del álbum La nube en el jardín, entonces tocó los primeros acordes y el primer verso no se escuchó, su voz era difusa y lejana, hasta que la rola Valor de más le exigió despertar.

La iluminación se encargó de agregarle mucho misterio al apenas iluminar su rostro y dibujar su silueta en las paredes de la sala de conciertos. Como el disco, Eddie lo tocó “sin interrupciones” (salió una vez del escenario y cambió su lira). Si han ido a algún show del de Chihuahua sabrán que se canta con la mano en el corazón y se abraza el dolor… pues en este show, al menos en la primera parte, se le entregó silencio absoluto y parcial.

La Sala Nezahualcóyotl lució abarrotada gracias al cantautor y a los músicos que lo acompañaron.

Cuando tocó Culpa los fans rompieron el hielo. Cantaron discretamente, el eco jugó más a su favor, pero no terminaban de arrancar, y qué triste, porque esta rola activa las fibras más sensibles. ¿Faltaban chelas? Quizá. ¿Pensaron que Eddie quería silencio? Posible. Fue él quien los sacó de la duda luego de escuchar gritos apagados por un “¡Shhh!”. “Está bien, no pasa nada”, fueron sus primeras palabras.

Así erradicó el silencio. Vuelve corazón animó a todos a cantar ya sin pena. La sala había tomado una atmósfera distinta, todavía 100% sad core, pero digamos que la felicidad de presenciar el regreso de Eddie se manifestó y se hizo enorme al escucharlo interpretar No hay problema y Nadie va a pensar en ti mejor que yo. Imposible no hacer que Eddie sonriera, absorbiera tranquilidad y seguridad para tomar el micrófono para explicar el motivo de su tardanza:

“Quería ofrecerles una disculpa por empezar tarde, pero antes de salir me dio un ataque de pánico. Quería decirles porque tienen todo el respeto de mi parte y no me gusta hacer esto, pero sí, tardé un chingo en recuperarme y espero que nunca les pase esto. Pero gracias por venir y por darme chamba”.

El reconocimiento y lo calurosa que es su gente lo abrazaron. Había terminado de tocar de principio a fin todo el disco La nube en el jardín, su más reciente trabajo, y su semblante cambió al soltar su terrible experiencia. Y lo mejor es que sus fans, desde millennnials hasta la generación más reciente, entienden que los trastornos no deben minimizarse y más en personas como Eddie quien, desde que comenzó su carrera, lleva años expresando abiertamente que es una persona ansiosa, introvertida y cuyo reflector le puede resultar abrumador. Después de su sinceridad, el tema del retraso no se volvió a abordar como carrilla.

La compensación trajo una media hora de complacencias. “¿Cuál quieren escuchar?”, preguntó. El griterío hacía inentendible, al menos en zona alta, las rolas deseadas. Tomó pluma y papel para tratar de cachar las clásicas, las no tanto y algunas que tiene rato que no toca. Pasó de Acurrucar a A mis amigos, Fuentes de Ortiz y Nos queda mucho dolor por recorrer, por mencionar algunas de las que tocó por completo o en medley.

Una chica se acercó con un ramo de flores al escenario. Eddie la vio, fue a recoger del piso un setlist, tomó de su pedestal una plumilla y se acercó a hacer el intercambio. Al verlo, corrieron a entregarle todos los regalos que le llevaban, tomó todos los que pudo ver y una mayoría eran rosas… que alguna vez estuvieron bajo la nube de un jardín y ahora vivirán en el calor del hogar del cantante.

Ondeó su mano y desapareció en la oscuridad.