Agencia El imparcial. Octubre 26, 2024.
Erik y Lyle Menéndez, los hermanos sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de sus padres en 1989, podrían obtener su libertad gracias a un movimiento inesperado por parte del sistema judicial.
El juez William C. Ryan, a cargo de su caso en el Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, tiene la opción de cambiar la condena de asesinato en primer grado por homicidio voluntario, lo que les abriría las puertas a la libertad inmediata tras cumplir casi 35 años de cárcel.
El fiscal del condado, George Gascón, presentó una solicitud al juez Ryan para que reconsidere la sentencia de los hermanos. Con una nueva ley en vigor, el juez tiene la capacidad de otorgarles la opción de libertad condicional, aunque esto requeriría una audiencia ante la Junta de Libertad Condicional para determinar si los hermanos Menéndez están rehabilitados y no representan un peligro para la sociedad.
Sin embargo, existe una alternativa que agilizaría el proceso: el juez podría directamente cambiar la condena de asesinato a homicidio voluntario, lo cual tiene una pena máxima de 11 años en California. Dado el tiempo ya cumplido en prisión, Erik y Lyle podrían quedar en libertad al momento de la audiencia.
El abogado defensor de los hermanos, Mark Geragos, buscará precisamente este cambio de sentencia. En sus palabras, es “la única manera de garantizar justicia en este caso”.
Según el abogado de Los Ángeles, Mike Cavalluzzi, quien ha seguido el caso de cerca, este sería “el mejor desenlace posible” para Erik y Lyle. La reputación de juez Ryan como un magistrado valiente, sin miedo a revertir sentencias previas cuando considera que hubo errores, ha elevado las expectativas en torno a esta audiencia.
El asesinato de Kitty y José Menéndez ocurrió el 20 de agosto de 1989 en su mansión en Beverly Hills, California. Los hermanos Menéndez, entonces de 21 y 18 años, confesaron haber cometido el crimen, pero su defensa argumentó que habían sufrido años de abuso físico y sexual por parte de su padre, lo cual habría sido el detonante del ataque. El juicio mediático atrajo la atención nacional, y en 1996 fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
El documental de Netflix The Menendez Brothers, estrenado el pasado 7 de octubre, ha reavivado el interés en este controvertido caso. Dirigido por Alejandro Hartmann, este documental ofrece la oportunidad de escuchar la versión de los hermanos, quienes detallan el sufrimiento que vivieron y los factores que los llevaron a tomar una decisión tan drástica. La producción explora las complejas motivaciones detrás del asesinato y el posible impacto psicológico del abuso en los Menéndez.
El caso Menéndez ha ganado recientemente el apoyo de figuras públicas, incluida Kim Kardashian, quien escribió un ensayo para NBC News pidiendo una segunda oportunidad para los hermanos. Kardashian argumentó que:
“Tras años de abuso y un temor real por sus vidas, Erik y Lyle eligieron lo que en ese momento pensaron que era su única salida”
Esta declaración ha hecho eco entre quienes consideran que el sistema judicial debe tomar en cuenta el historial de abuso en las sentencias.
Asimismo, Gypsy Rose Blanchard, quien también fue encarcelada por el asesinato de un familiar tras haber sufrido años de abuso, expresó su empatía por los hermanos Menéndez.
En una reciente entrevista, aconsejó a los hermanos que, si son liberados, busquen terapia para facilitar su reintegración a la sociedad.
Es bastante difícil salir a un mundo que ha cambiado tanto, incluso en el tiempo que yo pasé en la cárcel”, comentó, resaltando la importancia de recibir apoyo psicológico en estos casos.
Si el juez Ryan decide cambiar la sentencia a homicidio voluntario, los hermanos Menéndez podrían ser liberados sin necesidad de audiencia de libertad condicional.
Esto ha generado especulación sobre si pasarán las próximas festividades en libertad, algo que parecía imposible hace solo unos años. La comunidad sigue de cerca el desarrollo de esta audiencia, en espera de lo que podría ser uno de los giros legales más relevantes en la historia criminal estadounidense.