Agencia El Universal. Enero 08, 2024.
El saldo de muertos del terremoto de Año Nuevo en Japón subió el lunes a 161, desde 128 el sábado, informaron las autoridades.
En tanto, el número de personas cuyo paradero se desconoce cayó a 103 desde 195, según responsables de la región central de Ishikawa, epicentro del sismo del 1 de enero de magnitud 7.5.
El movimiento telúrico derribó edificios, desató un incendio y provocó olas de tsunami.
Mies de rescatistas llegaron de todo Japón para apoyar en las tareas de socorro, con dificultades por los cortes de carreteras y unos mil deslizamientos.
Además, la zona ha enfrentado nevadas los últimos dos días, complicando aún más las operaciones de rescate.
Contra todos los pronósticos, una nonagenaria que permaneció cinco días bajo los escombros de una casa colapsada en la ciudad de Suzu fue rescatada el sábado, aunque la esperanza de encontrar supervivientes suele desvanecerse tres días después de un terremoto.
La mujer fue trasladada al hospital para recibir tratamiento y respondía claramente a las preguntas de los socorristas, según la cadena pública NHK.
“¡Aguante!”, le gritaban los rescatistas bajo la lluvia, de acuerdo a un video filmado por la policía y difundido por los medios locales. “Todo va a salir bien”, “manténgase positiva”, le pedían.
El mal clima podría empeorar las condiciones de más de 30 mil personas instaladas en 366 refugios del gobierno debido a la dificultad de hacer llegar material de socorro a esas zonas que sufren cortes de agua y electricidad.
“La primera prioridad ha sido rescatar a las personas que se encuentran bajo los escombros y llegar a las comunidades aisladas”, declaró el primer ministro Fumio Kishida en una entrevista con NHK el domingo.
El ejército ha enviado pequeños grupos de tropas a pie a cada una de las comunidades aisladas, dijo.
El gobierno también ha “desplegado varios helicópteros de la policía y de los bomberos (…) para acceder a ellas desde el cielo”, añadió Kishida.
En la ciudad de Anamizu, se vio a socorristas con impermeables naranjas o azules transportando el cuerpo de una víctima de un deslizamiento de tierra, cubierto con una lona azul.