Agencia Excélsior. Agosto 09, 2024.
Las autoridades argentinas evitaronun nuevo “robo del siglo”, al descubrir un elaborado túnel de 220 metros de largo construido cerca de un banco, en la zona norte de Buenos Aires, según un comunicado de la policía local.
El túnel, cuyo interior está revestido con madera, cuenta con ventilación y luz eléctrica y termina casi en la puerta del banco Macro de la ciudad bonaerense de San Isidro.
La investigación se inició cuando, en la mañana del miércoles, un conductor estacionado escuchó un ruido en el chasis de su vehículo y comprobó que se debía a una varilla metálica que emergía entre los adoquines de la calle.
La fiscalía ordenó entonces la excavación que dio con el túnel y ubicó el inicio del mismo en un galpón a unos 200 metros del banco, donde se encontró una gran cantidad de tierra removida y máquinas de extracción, aunque aún no se pudo localizar a los potenciales delincuentes.
Los investigadores calcularon que la construcción tomó entre 6 y 9 meses, definieron al túnel como “una obra de ingeniería” y evaluaron que es “mejor que el del Chapo Guzmán”, en referencia al que el líder narco mexicano utilizó para huir de prisión en 2015.
El “robo del siglo” en Argentina es una de las historias de crimen más fascinantes de la última década. El 13 de enero de 2006, un grupo de delincuentes llevó a cabo un audaz asalto al Banco Río, ubicado en la localidad bonaerense de Acassuso, San Isidro.
La planificación meticulosa y la ejecución ingeniosa de este robo lo han convertido en un hito dentro de la historia criminal del país.
El plan comenzó con cinco hombres armados que ingresaron al banco y tomaron a 23 rehenes, mientras los transeúntes y la policía observaban desde fuera.
Sin embargo, este evento aparente era solo una distracción. Mientras negociaban con las autoridades y mantenían la tensión al máximo, el grupo utilizó un túnel subterráneo para escapar con un botín estimado en 19 millones de dólares en efectivo, joyas y otros objetos de valor.
El túnel, que había sido construido durante meses, conectaba el banco con una red de desagües pluviales y permitía la fuga sin ser detectados. La famosa nota que dejaron en la bóveda rezaba: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores”.
Esto, junto con el uso de armas de juguete, demostró la naturaleza astuta de los perpetradores.
A pesar del éxito inicial del robo, los delincuentes fueron arrestados posteriormente gracias a las pistas que dejaron, incluidas las tensiones dentro del grupo y errores cometidos tras el asalto. El robo del Banco Río sigue siendo una de las leyendas más intrigantes de la historia criminal de Argentina, inspirando libros, series de televisión y películas que relatan este increíble golpe.
En aquel robo, que dio lugar a libros, series y películas, los delincuentes utilizaron armas de juguete y dejaron una nota en la bóveda: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores”.