Agencia Infobae. Noviembre 08, 2024.
La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos desató una euforia en los mercados financieros, impulsando los activos estadounidenses hacia una subida sin precedentes. La victoria del exmandatario reavivó las esperanzas de una administración alineada con políticas de baja tributación y relajación regulatoria, lo que generó una ola de optimismo entre los inversores, señaló Bloomberg. En un solo día, el índice S&P 500 escaló un 2,5%, marcando el mejor desempeño en la historia de este índice tras unas elecciones presidenciales, mientras que el dólar también registró avances
Este entorno de entusiasmo y confianza se tradujo rápidamente en un beneficio para las grandes fortunas del mundo, con un aumento sin precedentes en sus patrimonios. En total, los diez individuos más ricos vieron incrementar su riqueza en 63.500 millones de dólares, alcanzando un récord diario que nunca antes se había registrado desde que el índice de Bloomberg comenzó a rastrear estos datos en 2012.
El aumento de los mercados impulsado por la victoria de Trump benefició directamente a algunos de los individuos más ricos del planeta, quienes vieron crecer sus patrimonios en cifras récord. Liderando esta lista, Elon Musk, CEO de Tesla Inc. y la persona más rica del mundo, experimentó un incremento de 26.500 millones de dólares en su fortuna en solo un día. Este aumento fue en gran parte impulsado por una subida del 15% en las acciones de la empresa.
Otros multimillonarios también experimentaron grandes aumentos en su patrimonio. Jeff Bezos, de Amazon, y Larry Ellison, de Oracle, se contaron entre los principales beneficiarios de este cambio en el mercado.
En este grupo de privilegiados se encuentra un único representante fuera de los Estados Unidos: Bernard Arnault, presidente de LVMH, cuyo patrimonio también creció, aunque a un ritmo menor.
La expectativa de que el futuro presidente mantenga una política económica centrada en bajar impuestos y reducir regulaciones se convirtió en uno de los principales motores de las ganancias que los más ricos del mundo experimentaron tras su reelección. Trump defendió en repetidas ocasiones un enfoque de “mercado libre”, que busca simplificar las regulaciones empresariales, especialmente en sectores como la tecnología y la energía, para fomentar el crecimiento económico.
Uno de los grandes atractivos de una administración Trump es la posibilidad de mantener o incluso extender la reforma tributaria de 2017, que redujo significativamente los impuestos corporativos en Estados Unidos, pasando de un 35% a un 21%. Esta reforma ha permitido a muchas empresas retener más ingresos y reinvertir en sus operaciones, lo que a su vez impacta positivamente en sus acciones. Inversionistas como Musk, Bezos y Ellison se benefician directamente de estas políticas, ya que las ganancias de sus compañías suelen reflejarse en un incremento de sus patrimonios.
Según Bloomberg, la percepción de un mercado más predecible y favorable a los negocios bajo la gestión de Trump también fortalece el dólar estadounidense y atrae inversiones extranjeras, lo que beneficia de forma generalizada a las grandes corporaciones estadounidenses.
Musk, CEO de SpaceX, se ha convertido en una figura clave en el entorno de la administración Trump tras la reciente victoria del líder republicano. El empresario, quien mostró apoyo abierto durante la campaña electoral, es considerado por muchos como un probable aliado del nuevo gobierno en temas de innovación y desarrollo tecnológico.
Según informes de Bloomberg, Trump expresó su intención de otorgarle a Musk un papel oficial en su administración, en el cual podría influir en políticas de vanguardia relacionadas con la tecnología, la energía y la exploración espacial.
Esta posible alianza tiene implicaciones profundas para Tesla, cuyos activos ya registraron un incremento del 15% en el mercado tras el anuncio de la victoria de Trump. Para Musk, este acercamiento le ofrece la oportunidad de incidir en regulaciones que podrían beneficiar tanto a su empresa de autos eléctricos como a sus proyectos en exploración espacial y energía solar.
La perspectiva de una colaboración oficial entre ambas figuras también plantea posibles retos y controversias. Mientras que algunos analistas ven en este acercamiento un beneficio directo para la economía estadounidense, otros señalan el riesgo de que este tipo de relación entre la administración y líderes empresariales genere conflictos de interés o favoritismos regulatorios.