Agencia CNN. Marzo 18, 2025.
Las fachadas de las tiendas están decoradas con blanco, azul y rojo, con banderas chinas y rusas colgando juntas del techo. Muñecas rusas reciben a los clientes en la entrada. En el interior, los estantes están repletos de una gran variedad de productos rusos, desde chocolates y galletas hasta miel y vodka.
En China, las tiendas especializadas en productos de fabricación rusa se han vuelto cada vez más comunes. Su proliferación ha desconcertado a algunos residentes, y muchos en las redes sociales chinas se preguntan por qué estas tiendas parecen haber surgido de la noche a la mañana.
En los últimos años se han abierto miles de tiendas de este tipo en todo el país, ya que aprovechan la afinidad del público chino con Rusia y profundizan los lazos comerciales entre Pekín y Moscú desde que comenzó la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Vladimir Putin en 2022.
China se ha convertido en un salvavidas económico crucial para Rusia, afectada por las sanciones, con un comercio bilateral que alcanza niveles récord año tras año. Si bien el petróleo, el gas y el carbón rusos, a precios baratos, dominan las importaciones chinas, la popularidad de productos alimenticios rusos, como helados, galletas dulces y leche en polvo, también ha aumentado considerablemente.
Según los registros comerciales de China, desde 2022 se han registrado más de 2.500 nuevas empresas dedicadas al comercio de productos rusos, casi la mitad de ellas tan solo el año pasado. Alrededor del 80% de las nuevas empresas que se apresuraron a aprovechar el auge seguían operando este mes, según los registros comerciales.
La mayoría de estas empresas tienen su sede en Heilongjiang, la provincia nororiental fronteriza con Rusia, aunque en los últimos dos años se han expandido a otras provincias.
Más que los productos acuáticos y agrícolas, que constituyen la mayor parte de las importaciones de alimentos de China procedentes de Rusia, son los chocolates, las galletas y la leche en polvo de marca rusa los que han captado la atención de los consumidores chinos, apelando directamente a la marca “Hecho en Rusia” promovida por Moscú.
El crecimiento explosivo de las tiendas, calificado de “loco” por un informe de los medios estatales chinos, también ha generado escrutinio sobre la autenticidad de sus productos. Investigaciones realizadas por medios de comunicación e influencers han revelado que algunos artículos de marcas rusas se fabricaron en China, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas drásticas contra el etiquetado y la publicidad engañosos.