Agencia CNN. Abril 15, 2025.
Mientras continúan los efectos de los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump, la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, dejó una frase que podría sumar un capítulo inesperado a la guerra comercial.
“Vamos a poner a Estados Unidos primero; no a China, no a India, no a la carne de Argentina”, expresó en una entrevista a la cadena Fox, y añadió: “Los negocios como los conocíamos no existen más, el status quo no existe más”.
A priori, la frase parecería haber despertado inquietudes en el sur del continente, pero el titular de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes de la República Argentina (CICCRA), Miguel Schiariti, matizó esos dichos y aseguró a CNN que “la industria no está preocupada por esto” y que la declaración de Rollins muestra que “no conoce la historia de Argentina y Estados Unidos en el tema carnes”.
El vínculo entre ambas naciones en esta materia es innegable. Según el último informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), con datos de febrero, Estados Unidos es el tercer principal destino para la carne vacuna Argentina. También señala que en comparación con el 2024, hubo un aumento “de magnitud significativa” en el nivel de actividad en esta área.
Argentina exportó en febrero 4.000 toneladas de mercadería cárnica al país norteamericano, según los datos del IPCVA, lo que representa el 11 % del valor de las divisas ingresadas por la venta de carne vacuna enfriada, congelada y procesada. EE.UU. solo fue superado en este podio mensual por Israel, con 4.600 toneladas y el 14 % del valor de las divisas, y en un distante primer puesto por China, con 32.400 toneladas y el 41,6 % del total.
Este fluido intercambio se entiende porque Argentina, al igual que India, satisface la demanda estadounidense de carnes rojas de bajo porcentaje de grasa, según explican desde CICCRA.
La importancia de EE.UU. para Argentina en materia comercial no es exclusiva de la industria cárnica. Datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), revelan que en 2024 esta relación le valió al país sudamericano un superávit de US$ 75 millones, y los reportes oficiales muestran que EE.UU. oscila entre el tercer y cuarto puesto como socio comercial.
Desde el ámbito político también hubo acercamientos entre las administraciones de los dos países. Donald Trump ha llegado a decir que Javier Milei es su “presidente favorito”, y recientemente su par argentino, celebró la tasa del 10% aplicada a Argentina durante el llamado “Día de la Liberación”, en el que fueron anunciados aranceles generalizados.
Posteriormente, Milei confirmó que su gabinete trabaja para adecuar las normativas locales a la política arancelaria de Trump, pero que en paralelo busca avanzar en un acuerdo para que una canasta de cerca de 50 productos “fluyan libremente” entre Argentina y EE.UU. Su ambición es lograr un tratado de libre comercio, e incluso ha dicho que estaría dispuesto a salir del Mercosur si fuera necesario para lograrlo.
Por todo esto y pese a la incertidumbre que generan las maniobras de Trump en su política comercial, desde la CICCRA son escépticos de que las declaraciones de Rollins puedan traducirse en acciones concretas, y tienen en claro un eventual plan de acción en caso de perder el mercado estadounidense: llevar esas toneladas a China, aunque a un menor precio.
Según explica su titular, “Estados Unidos paga mejores precios que China por el mismo producto”, pero añade que si esa puerta se cierra “no nos vamos a quedar sin poder colocar esa carne. Deberemos colocarla a un precio menor, pero la vamos a colocar”.
“Trump está muy preocupado por el crecimiento de China, que es su verdadero enemigo”, consideró Schiaritti, y sostuvo: “El resto estamos recibiendo bravuconadas y amenazas”.