Agencia Uno TV. Mayo 02, 2025.
Cuando en 2010 el cardenal Peter Turkson afirmó que no estaba preparado para convertirse en Papa y que quizás la Iglesia tampoco lo estaba, pocos imaginaron que más de una década después su nombre estaría entre los favoritos para suceder a Francisco.
Hoy, tras el fallecimiento del pontífice argentino, y en vísperas del cónclave que elegirá a su sucesor, el cardenal ghanés vuelve a estar en el centro de todas las miradas.
“No me gustaría ser el primer papa negro. Creo que lo pasaría mal”, dijo entonces. Sin embargo, el tiempo y la evolución de la Iglesia han cambiado el panorama.
Turkson se perfila como un candidato fuerte, no solo por su carrera eclesiástica, sino también por el símbolo que representaría para un continente cada vez más central en la vida católica.
África representa ya cerca del 20% de los más de 1.400 millones de católicos en el mundo, pero aún está subrepresentada en la jerarquía eclesiástica. En el actual cónclave, apenas un 12% de los cardenales con derecho a voto son africanos.
Aunque no sería el primer pontífice africano en la historia —el papa Víctor gobernó la Iglesia entre los años 189 y 199 d.C.—, el nombramiento de Turkson como el primer papa negro moderno rompería un techo simbólico en una institución aún marcada por el peso europeo.
Peter Kodwo Appiah Turkson nació el 11 de octubre de 1948 en Nsuta-Wassaw, Ghana, en el seno de una familia humilde de diez hermanos. Fue ordenado sacerdote en 1975 y nombrado arzobispo de Cape Coast en 1992.
En 2003 se convirtió en el primer cardenal ghanés de la historia. Sus estudios y servicio abarcan desde Ghana hasta Roma y Nueva York, incluyendo una licenciatura en Sagrada Escritura del Pontificio Instituto Bíblico y una maestría en teología del Seminario Franciscano St. Anthony-on-Hudson.
Ha ocupado múltiples cargos de alto nivel en la Iglesia, incluyendo la presidencia del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz y, más recientemente, la Cancillería de la Pontificia Academia de Ciencias y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.
Turkson también ha representado a África en eventos claves, como la Segunda Asamblea Especial para África del Sínodo de los Obispos en 2009, y ha sido figura influyente en asuntos de reconciliación, justicia y desarrollo.
A diferencia de otros candidatos africanos más conservadores, como el guineano Robert Sarah o el congoleño Fridolin Ambongo, Turkson ha adoptado una postura más moderada en temas sociales.
En 2023, defendió públicamente que las personas LGTB+ no deben ser criminalizadas, distanciándose de políticos de su país que califican la homosexualidad como ajena a África. Esta posición podría hacerlo más aceptable para sectores progresistas dentro de la Iglesia, sin alejarse del marco doctrinal tradicional.
Francisco, aunque liberal en su discurso, mantuvo muchas posturas conservadoras sobre el matrimonio igualitario y el aborto. Esta dualidad abre espacio a candidatos como Turkson, que podrían continuar con un estilo de pontificado de transición: doctrinalmente firme, pero pastoralmente abierto.
Para la profesora Cristina Traina, de la Universidad Fordham, Turkson representa esa continuidad.
“Siempre ha estado en nuestros labios cómo nos gustaría tener un papa africano”, señala también el padre Paul Maji, desde Abuya, Nigeria.
Muchos líderes africanos insisten en que el enfoque debe ser espiritual, no territorial. “No es el turno de África, es el turno de Dios”, dice el teólogo Sylvain Badibanga, desde Congo.
Un Papa africano aportaría no solo diversidad, sino también nuevas soluciones a viejos dilemas. Ante la crisis de vocaciones, algunos clérigos africanos han sugerido reconsiderar el celibato sacerdotal.
Otros, como Ambongo, exploran cómo la Iglesia debería acompañar a conversos provenientes de matrimonios polígamos, comunes en algunas culturas africanas.
Turkson, con su enfoque global y sensibilidad pastoral, podría liderar este diálogo desde una posición única: la de alguien que comprende tanto la tradición romana como las realidades africanas.
Turkson ha participado en los dos últimos cónclaves, en 2005 y 2013. En este nuevo escenario, con una Iglesia en busca de renovación sin ruptura, su perfil destaca como un posible punto de equilibrio entre el norte y el sur, entre la tradición y la evolución.
Si finalmente es elegido, Turkson no solo sería el primer papa negro moderno, sino también un símbolo viviente de una Iglesia que comienza a reflejar la diversidad de sus fieles.
Pero como él mismo dijo en 2013: “Aceptaré convertirme en Papa si esa es la voluntad del Señor”.