Agencia Excélsior. Octubre 31, 2024.
El Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, dirigido por el talibán Khalid Hanafi, impuso nuevas restricciones en Afganistán que prohíben a las mujeres hablar en voz alta ante otras mujeres, en lo que activistas consideran una escalada de políticas opresivas contra las mujeres afganas. La directiva se suma a las limitaciones cada vez más severas en los derechos de las mujeres desde el regreso de los talibanes al poder.
En una declaración de audio reciente, Hanafi —quien está sancionado por la Unión Europea y en la lista negra de la ONU— advirtió que las mujeres adultas deben abstenerse de realizar la oración islámica conocida como Takbir o de recitar el Corán en voz alta cuando estén en presencia de otras mujeres.
“Si a una mujer no se le permite realizar Takbir, entonces ¿cómo se le podría permitir cantar?” preguntó Hanafi en su mensaje, indicando su postura contra la expresión pública y privada de las mujeres en Afganistán.
Las restricciones impactan especialmente a mujeres que trabajan en el sector de la salud, como Samira, una partera en Herat, quien describió cómo las nuevas normas limitan severamente su capacidad para brindar atención médica.
“Llevo ocho años trabajando en clínicas en zonas remotas, pero en estos dos últimos meses la supervisión de los talibanes se ha intensificado”, señaló. Relató además que ahora se les impide a las trabajadoras de la salud interactuar con familiares varones de pacientes y que se les prohíbe hablar en los puestos de control de camino al trabajo. “En las clínicas nos dicen que no hablemos de asuntos médicos con familiares varones”, añadió.
El ministerio también exige que las mujeres cubran todas las partes de su cuerpo, incluido el rostro, y con esta última restricción extienden el control sobre las voces femeninas, incluso dentro del ámbito doméstico. Activistas por los derechos de las mujeres han denunciado estas medidas como parte de una política “misógina” que restringe casi todas las áreas de la vida femenina en el país. “¿Cómo se supone que las mujeres que son el único sustento de sus familias puedan comprar pan, buscar atención médica o simplemente existir si incluso sus voces están prohibidas?”, cuestionó una activista.
La comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas y organizaciones de derechos humanos, han expresado su preocupación por el retroceso en los derechos de las mujeres en Afganistán bajo el régimen talibán. Las directrices del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio han sido criticadas por activistas internacionales que advierten que las restricciones son un golpe devastador a los derechos básicos de las mujeres afganas, privándolas de su capacidad para hablar, trabajar y desplazarse libremente.
Además de las restricciones en la vida pública y privada, el ministerio ha prohibido la difusión de cualquier imagen visual de seres vivos, limitando también las emisiones oficiales del gobierno. Esta serie de prohibiciones subraya el control que el régimen talibán busca imponer en todos los aspectos de la vida cotidiana de las mujeres, restringiendo su capacidad para ejercer roles públicos y privados en la sociedad afgana.