Agencia Excélsior. Noviembre 26, 2024.
Rusia ha lanzado el misil balístico hipersónico de alcance intermedio “Oreshnik”, un arma con capacidad nuclear cuya existencia permanecía desconocida. Este misil, también llamado “Kedr” en su sistema de desarrollo, representa un nuevo componente en la creciente tensión militar global.
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció la producción en serie de este misil y la continuación de pruebas en condiciones de combate. Según el Kremlin, “Oreshnik” tiene un rango de alcance entre 3 mil y 5 mil 500 km, ubicándose en la categoría de misiles de alcance medio. Esto significa que podría golpear casi toda Europa y, en teoría, alcanzar la costa oeste de Estados Unidos si se dispara desde el Extremo Oriente ruso.
El misil, basado en el modelo RS-26 Rubezh, puede transportar cargas explosivas de varias toneladas y alcanzar velocidades de hasta Mach 10 (aproximadamente 12,350 km/h). Además, está diseñado con tecnología que permite maniobras en el aire, dificultando su intercepción por sistemas antimisiles actuales.
El lanzamiento se realizó desde la región rusa de Astracán, golpeando la fábrica de misiles Pivdenmach en Dnipró, Ucrania. Según fuentes ucranianas, el tiempo de vuelo fue de 15 minutos para recorrer los cerca de 1,000 km que separan ambos puntos.
Kirilo Budanov, jefe de inteligencia militar ucraniana, señaló que Rusia cuenta con unas pocas unidades del misil, mientras que Putin afirmó disponer de una “reserva lista para uso”. Sin embargo, expertos como Ian Matveyev destacan que su producción masiva es improbable debido a su alto costo.
El comandante de misiles estratégicos rusos, Serguéi Karakayev, declaró que el uso masivo de “Oreshnik” sería comparable a una ofensiva nuclear. Esto refuerza las preocupaciones sobre el potencial desestabilizador de esta arma en la región y el mundo.
Hasta 2019, misiles como “Oreshnik” estaban prohibidos por el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) firmado en 1987 entre Rusia y Estados Unidos. Sin embargo, la retirada de Washington bajo la administración de Donald Trump, acusando a Moscú de incumplir el pacto, abrió la puerta al desarrollo de estos sistemas.
Este tipo de armamento, capaz de llevar múltiples ojivas que siguen trayectorias independientes, podría superar incluso las defensas antimisiles más avanzadas de Europa y Estados Unidos. Según Putin, los sistemas de defensa aérea actuales no tienen capacidad para interceptar misiles como “Oreshnik”.
El desarrollo y despliegue de “Oreshnik” marca un momento crítico en la carrera armamentística moderna. A medida que Rusia introduce esta tecnología avanzada, los expertos advierten que podría desencadenar una nueva escalada militar, obligando a otras potencias a reforzar sus defensas estratégicas.
La demostración de fuerza por parte de Rusia también envía un mensaje claro: Moscú busca consolidar su posición como líder en el desarrollo de armamento avanzado, desafiando las restricciones internacionales y aumentando la incertidumbre global.
El misil “Oreshnik” representa un avance significativo en las capacidades bélicas de Rusia. Su potencial destructivo, velocidad y capacidad de evasión lo convierten en una amenaza sin precedentes para la estabilidad internacional. Mientras tanto, los líderes mundiales deberán evaluar cómo responder a este nuevo desafío, en un contexto donde la diplomacia parece cada vez más relegada frente a la demostración de poder militar.