Agencia El Universal. Junio 13, 2025.
La cacería de migrantes del gobierno del presidente Donald Trump ha alcanzado una nueva dimensión: ahora difunde un cartel que anima a los estadounidenses a denunciar a los “invasores extranjeros” ante la policía. A decir de expertos, es xenofobia, ilegalidad y un estado de guerra declarado contra los migrantes, en su máxima expresión.
A través de la red X, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) difundió un cartel con la imagen del Tío Sam: un hombre mayor, de cabello blanco, y que clava en la pared una pancarta que dice: “Ayuda a tu país y ayúdate a ti mismo. Denuncia a todos los invasores extranjeros”. Luego, viene el teléfono del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) donde se puede hacer el “reporte”.
En realidad, el cartel no es idea original del gobierno. Un hombre que se identifica en X como Mr. Robert, un supremacista blanco confeso, difundió el pasado 6 de junio un cartel similar en la misma red social. El original mostraba al Tío Sam apuntando con el dedo y diciendo: “Te quiero apoyando al ICE. Reporta a los ilegales”. Sin embargo, el gobierno de Trump lo modificó para dejar en claro que, desde su punto de vista, denunciar a un indocumentado es como “hacer patria”.
Esta nueva campaña, advierten expertos, va mucho más allá del nacionalismo: es xenófoba y equiparable al fascismo. Sam Worthington, ex-CEO de InterAction, una alianza de ONG, y activista defensor de los derechos humanos, escribió en Civicus Lens, una alianza global de ONG, que Trump está impulsando “una variante estadounidense del fascismo del siglo XXI, respaldada por una ideología nacionalista blanca”. Agregó que, “como en todas las formas de fascismo, tiene que haber un chivo expiatorio, y aquí son los migrantes (…) La administración Trump etiqueta a los migrantes como ‘ilegales’ y las deportaciones masivas se dirigen a cualquiera que no encaje en su estrecha definición de lo que es un estadounidense”.
“Este póster fue hecho por un supremacista blanco que ha subido propaganda antijudía del Gran Reemplazo y utiliza y apoya la palabra N. Luego fue compartido públicamente por el Departamento de Seguridad Nacional, Stephen Miller y la Casa Blanca. Este país está en serios problemas”, posteó en X Aaron Reichlin-Melnick, abogado especializado en migración y miembro del Consejo Estadounidense de Inmigración. “Estoy profundamente preocupado por este país y por la continuidad de todas las cosas que nos hicieron grandes: el Estado de derecho, la igualdad de derechos para todos y una administración pública profesional”.
Jorge Mario Cabrera, director de Comunicación de CHIRLA, en Los Ángeles, dijo que el anuncio le recuerda a la Primera o Segunda Guerra Mundial. “Y me hace pensar que ellos consideran estos operativos como una guerra en contra de los inmigrantes”.
Se trata, dice, de una forma de pensar “sumamente peligrosa, inhumana, cruel y me temo que eso también dicta la manera en que están tratando a nuestra comunidad durante estos operativos tanto en Los Ángeles como en otras ciudades estadounidenses”.
Francisco Moreno, director del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM), en Los Ángeles, acusó a la administración del presidente Trump de estar actuando “en violación de la Constitución”. No sólo en el tema de los carteles, sino en las operaciones contra los migrantes en las que ahora hace uso incluso de la Guardia Nacional, dice a este diario.
Hernán Molina, analista político en Los Ángeles, señala que cosas como la difusión de este cartel se basan “en una mentalidad nacionalista, xenofóbica, antidiversidad, antiinmigrante”. Para el gobierno actual de Estados Unidos, lamenta, los migrantes son “invasores que vienen a diluir la identidad blanca, sajona de este país”.
Es algo, señala, consistente con el pensamiento republicano de los últimos años. “Lo que pasa es que ahora se han sacado la careta. Están blanqueando lo que realmente son: un gobierno racista, antiinmigrante”.
Advierte que la persecución de Trump contra los migrantes está “destruyendo comunidades”, pero asegura que estas acciones tendrán “un impacto, también económico. Porque la gente que está trabajando está haciendo la función que muy pocos americanos quieren hacer. Y esos trabajos van a quedar libres y los negocios se van a perjudicar. Negocios que generalmente son de dueños blancos, que seguramente muchos de ellos votaron por Trump. La vida es un bumerán”.
Según Javier Urbano, académico e Investigador del Departamento de Estudios Internacionales en la Universidad Iberoamericana CDMX, estas acciones de Trump se enmarcan en un contexto en el que está bajando el nivel de aprobación del presidente estadounidense. “Buena parte de la opinión pública en las encuestas ya empieza a castigarlo, de forma tal que él sabe que necesita reforzar el discurso antimigratorio que es el que siempre ha dado rentabilidad, pero ahora en un contexto en el que disminuye rápidamente su nivel de aceptación”, señala.
El especialista en políticas migratorias menciona que Trump está apelando a la historia más rancia, y alerta que esta retórica antiinmigrante podría acarrear costos, como incitar a la violencia contra la población migrante e indocumentada. Y Trump, dice, es consciente de ello. “Tiene claro que se va a incrementar el riesgo con escenas cada vez más constantes de violencia”, comenta.