Agencia El Informador. Abril 30, 2025.
Donald Trump firmó órdenes ejecutivas para relajar algunos de sus aranceles de 25% sobre automóviles y autopartes. Representa una medida relevante porque los impuestos a la importación amenazan con perjudicar a los fabricantes nacionales. El presidente describió el cambio como un puente para que los fabricantes trasladen más producción a Estados Unidos (EU). “Sólo queríamos ayudarlos durante esta pequeña transición, a corto plazo”.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, indicó que el objetivo es permitir que los fabricantes creen más empleos de manufactura nacional. Por eso el Gobierno ofrecerá a los empresarios que terminen sus vehículos a nivel nacional un reembolso de 15% este año, que compensará el costo de los aranceles. Ese reembolso sería de 10% el segundo año, lo que daría a las automotrices tiempo para trasladar a Estados Unidos la producción de piezas que ahora están fuera del país. Los reembolsos estarían disponibles para empresas nacionales y extranjeras con plantas de automóviles en el vecino país.
Trump también firmó una orden en la que establece una fórmula que reduce los aranceles a las importaciones de autopartes, pero si estas piezas tienen como origen a cualquiera de los países integrantes del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La Casa Blanca puso como ejemplo que si una empresa fabrica un auto en EU con 85% de contenido estadounidense o del T-MEC, no deberá pagar aranceles por la producción de ese vehículo durante el primer año. Y si otra empresa produce un coche en Estados Unidos con 50% de contenido estadounidense o del T-MEC y un 50% importado de otros países, en lugar de pagar el arancel por el 50% de las piezas importadas, sólo pagará 35% durante el primer año.
Israel Macías, catedrático de la Universidad Panamericana, destacó que continuarán este tipo de correcciones por parte de Trump. “Ocurrirán más cosas así, el presidente poco a poco irá desmontando su esquema de aranceles porque no quiere aceptar la derrota, no aceptará que se equivocó”, ante las afectaciones que está detonando en los sectores económicos.
De la nueva medida, mencionó “que no tiene sentido que estén poniendo trabas porque deberán inspeccionar de dónde viene cada pieza, por ejemplo. Es parte del desastre (de Trump)…, es no querer aceptar que no tiene idea de lo que está haciendo”.
El sector automotriz y analistas coinciden en que los aranceles aumentarán los precios de los vehículos, reducirán las ventas y harán que la producción en EU sea menos competitiva a nivel mundial. Arthur Laffer, a quien Trump otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad durante su primer mandato, acentuó que los aranceles sin modificaciones podrían agregar cuatro mil 711 dólares al costo de un vehículo, en promedio.
Por otra parte, Trump firmó una nueva orden ejecutiva que busca evitar la acumulación de aranceles sobre un mismo producto, como parte de una desescalada en la imposición de gravámenes que han golpeado su popularidad. En concreto, la orden establece un procedimiento para determinar cuál de los múltiples aranceles se aplicará a un artículo cuando éste se encuentre sujeto a más de uno de los gravámenes establecidos. Así favorece a ciertos productos canadienses y mexicanos.
Las importaciones de artículos derivados de aluminio y de acero a los Estados Unidos se verán favorecidas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que el dueño de Amazon, Jeff Bezos, es un “buen tipo” que “hizo lo correcto” después de que el gigante del comercio en línea desmintiera un supuesto plan para reflejar el efecto de los aranceles impuestos por la Casa Blanca en el precio de sus productos.
“Jeff Bezos es muy amable. Fantástico. Resolvió el problema muy rápido. Hizo lo correcto. Buen tipo”, afirmó el mandatario. Trump zanjó así una aparente la polémica en la cercana relación con Bezos, quien ocupó un asiento privilegiado en el acto de investidura del mandatario en enero, junto a otros grandes empresarios tecnológicos, como Elon Musk o Mark Zuckerberg.
A toda máquina y con nerviosismo financiero, aunque sin perder la sonrisa irónica que lo caracteriza. Así celebró el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sus primeros 100 días en el cargo dentro de su segundo mandato.
Y advirtió a tanto a sus seguidores como detractores: “sólo acabamos de empezar. Aún no han visto nada. Vamos a acabar con la inmigración ilegal. Vamos a recuperar nuestros trabajos y a proteger a nuestros grandes trabajadores de la automoción y a todos nuestros trabajadores”, dijo desde Mchigan, adonde acudió para celebrar su centena de días en el cargo.
Trump inició su segundo mandato el pasado 20 de enero, día de su investidura, y en este tiempo, añadió, su gabinete ha llevado a cabo “el cambio más profundo en Washington en cerca de 100 años”.
En un discurso cargado de sus frases superlativas habituales, el líder republicano consideró que su Administración está “frenando el adoctrinamiento” de los niños, “recortando miles y miles de millones de dólares en despilfarro, fraude y abuso, y sobre todo, salvando el sueño americano”.
“Estamos haciendo que Estados Unidos vuelva a ser grande y lo estamos haciendo rápidamente”, dijo en el mitin, que supone su primer viaje de trabajo oficial dentro del país desde su llegada al cargo.
Trump consideró que está librando a Estados Unidos “de una clase política perversa que se enriqueció, vendió el país y lo desangró”.
“No permitiremos que eso vuelva a suceder. Tuvimos cuatro años excelentes con la mejor economía de la historia de nuestro país. La bolsa subió un 88%; nos fue muy bien y ahora nos irá mejor”, dijo en referencia a su primera etapa en la Casa Blanca (2017-2021).
Después de años en que otros líderes estadounidenses “enviaron su dinero para defender las fronteras de naciones extranjeras lejanas” y de que Estados Unidos luchara por otros países y no por sí mismo, “por fin hay un presidente que defiende nuestras fronteras y nuestra nación”, recalcó el republicano, en referencia de sí mismo.
Donald Trump regresó a la Casa Blanca con la promesa de completar su obra de reconfigurar a los Estados Unidos, una transformación que está realizando a base de órdenes ejecutivas a un ritmo endiablado; tanto, que ha batido el récord histórico de decretos en los primeros 100 días de mandato.
En este segundo mandato Trump estampó su firma con rotulador grueso en 142 órdenes ejecutivas, más que cualquiera de sus predecesores en este período, según el recuento del American Presidency Project, de la Universidad de California en Santa Barbara.
“Firmaré unas órdenes ejecutivas históricas. Con estas acciones, empezaremos a completar la restauración de Estados Unidos y la revolución del sentido común”, dijo el republicano en su discurso de investidura, el 20 de enero.
Era la confirmación de que, al igual que en su primer mandato, Trump ve en los decretos la principal herramienta de gobierno, y lo empezó a aplicar desde el inicio: el primer día, tras llegar al Despacho Oval, firmó 26 órdenes ejecutivas, entre ellas algunas sobre inmigración, energía o el indulto a cerca de mil 500 personas encausadas por el asalto al Capitolio de 2021.
Su idea de gobernar a base de decreto se ha encontrado, como ya le pasó en su primera etapa en el poder, con el freno de la justicia estadounidense.