Agencia Excélsior. Julio 25, 2024.
Las calles de la cabecera municipal de Motozintla, lucen desoladas. A partir de las 19 horas la población se encierra en sus viviendas, no salen por temor a ser reclutados por la delincuencia organizada y por la presencia de los cárteles de la droga que desde el fin de semana se enfrentan, provocando miedo entre la población.
La población señala que viven en un “toque de queda”. Todos se encierran, así necesiten comprar medicamentos u otras necesidades no lo hacen, tienen que esperar hasta que amanezca. Los criminales amenazan con llevárselos si los ven caminando en las calles sean hombre o mujeres.
Los insumos en Motozintla poco a poco van haciendo falta, el comercio sufre de desabasto de productos básicos. Los bloqueos en por lo menos 31 puntos continúan, no hay paso solamente caminando o en motocicleta; en tanto en el resto de los municipios la situación se torna difícil ante la falta de refugios seguros.
A la fecha, los habitantes de la sierra siguen a la espera del arribo del Ejército Mexicano y la Guardia nacional, quienes no se han aparecido desde hace 4 días en la zona, pese a los cruentos enfrentamientos entra ambas bandas criminales y que la población queda en medio del fuego cruzado.
En un video que circula en redes sociales, un grupo de encapuchados que se dijeron pertenecer al cártel de Chiapas–Guatemala, advirtió a su rival Cártel de Sinaloa de haber llegado a la comunidad de Nuevo Morelia del municipio de Chicomuselo en la sierra madre, pese a los bloqueos instalados.
Los encapuchados señalan que su rival ha lanzado amenazas contra personas inocentes, “por eso ya estamos aquí, alístense que amos para delante y no pretendemos detener, es mejor que se vayan”, dicen en el video de 30 segundos.
El grupo armado se muestra con un uniforme táctico, armas de alto poder, capuchas y gorras. En tanto los enfrentamientos no cesan en la zona.
En los municipios de la Frontera y la Sierra de Chiapas “estamos en un contexto de guerra entre dos cárteles”, el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, aseveró Gerardo González Figueroa, Investigador del Colegio de la Frontera Sur.
“Es una guerra, eso es muy claro, es una guerra entre Cártel de Sinaloa y Cártel Jalisco Nueva Generación”.
Su nivel de confrontación, detalló, es “cada vez es más intenso en términos de fuerza militar, en fuerzas de personas, en una estrategia prácticamente de aniquilamiento”, en la que “la estrategia de seguridad no es lo suficientemente capaz, no solamente para detener esta confrontación que está afectando a la población civil, sino limitarla a su máxima expresión”.
En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, González Figueroa explicó que esta ofensiva implica la disputa de tierras, presas, producción de café, “implica una dinámica sociocultural que ahora está caracterizada por una región de alta movilidad social en personas, pero también, tráfico de armas, trata de personas, porque casi todo lo que se mueve en la frontera hoy tiene o pasa por esos territorios controlados”.
Las personas que colaboran con los cárteles no necesariamente son forzadas a hacerlo, pero hay una “serie de resistencias de las personas organizadas y que son realmente las que están sufriendo el embate de la violencia”, aclaró.
Mucha gente, dijo, lo está haciendo y ese “es un fenómeno que se no solamente se ve en el sicariato, gente joven a la que le ofrecen 30 mil pesos para ser sicario”, y otros que quieren evitar presiones del crimen y decide sumarse.