Agencia Excélsior. Febrero 20, 2024.
Hombres apurados acarreando agua en tambos y mujeres lavando ropa en arroyos a punto de desaparecer, es la primera imagen que observamos al llegar a la Presa Villa Victoria, al poniente del Estado de México, donde el olor a tierra seca domina el ambiente.
En sus mejores años, la Presa Villa Victoria tuvo una profundidad de hasta 18 metros y un espejo de agua que cubría un perímetro de 60.9 kilómetros.
Hoy el panorama es desolador, grandes islas o montículos de sedimentos emergen en medio del embalse, que cuenta con apenas 30 por ciento de almacenamiento, una cifra alarmante, en comparación con el 73.24 por ciento de llenado, que para estas mismas fechas tenía hace cuatro años.
La falta de agua provoca que la Presa Villa Victoria cada vez se vaya haciendo más corta y angosta. Los distintos tonos color café y ocre de la tierra seca, van ganando espacio al agua azul verdosa de una de las principales fuentes de suministro al Sistema Cutzamala, que aporta el 23 por ciento del recurso que requiere el Valle de México.
La sequía prolongada ligada al cambio climático y el fenómeno de El Niño, cortó los flujos en la Subcuenca Villa Victoria-San José del Rincón, de casi 47 mil hectáreas, conformada por parte de los municipios de Villa Victoria, San Felipe del Progreso, Amanalco de Becerra, Almoloya de Juárez, Villa de Allende y San José del Rincón, que se alimenta principalmente de manantiales y nacimientos de agua de la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca.
El deterioro de la Presa Villa Victoria, ubicada dentro de un área natural protegida con categoría de Parque Estatal, es resultado de la deforestación, tala ilegal, expansión de la frontera agrícola, uso extensivo de fertilizantes y pesticidas, pérdida de núcleos ejidales y crecimiento de la población, que no cuenta con servicios adecuados de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales.
A 43 kilómetros de distancia manejando hacia el suroeste de Villa Victoria llegamos a la Presa Miguel Alemán, en Valle de Bravo, que pierde tres centímetros de agua al día, debido a la escasez de lluvias y las extracciones que no paran para darle de beber a poco más de cinco millones de habitantes de 12 alcaldías de la Ciudad de México y 14 municipios del Estado de México.
La sequía que va acabando con el embalse, que es su principal atractivo turístico, ya sacó a flote enormes montañas de azolve y florecimientos masivos de algas, que además de teñir el agua de color verde tornasol, expiden un fuerte olor a podrido.
Cerca de la cortina de la Presa Miguel Alemán, conocida a nivel mundial como el Lago de Valle de Bravo, el agua alcanzaba en el pasado una profundidad de hasta 39 metros, que con la crisis de los últimos tres años posiblemente no llega ni a la mitad.
A la fecha, el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM), reporta un almacenamiento de alrededor de 30 por ciento para la Presa Valle de Bravo con tendencia a la baja y el pronóstico que viene una temporada de estiaje muy intensa y prolongada. El llenado de este embalse a estas alturas del año alcanzaba el 92.03 por ciento en 2020.
En el embarcadero de Valle de Bravo, veleros y pequeños yates se encuentran anclados en espera de visitantes, que en las últimas semanas dejaron de llegar, como lo hacían cada fin de semana, porque cada vez hay menos agua, incluso algunas embarcaciones ya aparecen con el letrero de “Se Vende”.
La Subcuenca Valle de Bravo-Amanalco, abarca una superficie aproximada de 60 mil hectáreas, integrada por parte de los municipios de Valle de Bravo, Avándaro, Amanalco, Donato Guerra, Villa de Allende, Temascaltepec y Zinacantepec, con tres ríos principales y una gran cantidad de manantiales que escurren hacia la Presa Miguel Alemán.
El Lago de Valle de Bravo, que forma parte del Área de Protección de Recursos Naturales cuencas de los ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec, de competencia federal, enfrenta serias presiones por el boom inmobiliario, deforestación, cambio de uso de suelo, erosión, sedimentación, agricultura, crecimiento demográfico y disminución del caudal de manantiales y ríos.
La peor sequía de la historia en las presas del Estado de México que abastecen al Sistema Cutzamala, sigue avanzando y sin la esperanza de que las lluvias lleguen en el corto plazo.
Federico Llamas, director general y fundador de la Universidad del Medio Ambiente (UMA), señaló que en Villa Victoria y Valle de Bravo, queda claro que el futuro nos alcanzó y tenemos que enfrentarlo de la mejor manera posible con políticas públicas, gestión y reaprovechamiento del agua.
Esto es resultado de al menos tres años de sequías, estamos con 17 por ciento de déficit de lluvias del histórico, aunado a toda el agua que se saca de las presas para enviarla a la Ciudad de México”, explicó.
Por su parte, Sandro Cusi, director general de Procuenca Valle de Bravo, advirtió que llevamos por lo menos dos décadas haciendo mal uso del agua, tirando el recurso, desperdiciando casi el 50 por ciento del agua que nos llega en fugas, en una Zona Metropolitana del Valle de México que no deja de crecer.
En tanto, Andrés Juárez, coordinador del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), en Valle de Bravo-Amanalco, destacó que si no tuviéramos tanta sedimentación, la capacidad de carga de las presas sería mayor, “y probablemente no hubiéramos llegado a este punto crítico tan rápido como llegamos, o sea, los azolves están ocupando un volumen muy importante que debería estar lleno de agua”.
Cálculos de la propia Comisión Nacional del Agua, establecen que si las lluvias no nos favorecen pronto, el “día cero”, llegará el 26 de junio de 2024, que es cuando el Sistema Cutzamala alcanzaría el volumen mínimo de operación que es de 155 millones de metros cúbicos, y es cuando ya no se podría bombear ni un sólo metro cúbico de agua al Valle de México.
Francia Gutiérrez, vocera del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), en Valle de Bravo – Amanalco, consideró que lamentablemente el “día cero”, se presentará tarde o temprano, “porque se está cruzando con dos factores, el cambio climático, provocado por la forma de producción que tenemos y las dinámicas del planeta en sí mismo, y por el otro lado, porque la emergencia nos agarró en plena temporada de secas”.
Además de los severos problemas de sequía que enfrentan algunos estados del país en cuerpos de agua, lagos y presas, en otras entidades se suman graves problemas de contaminación, como en la laguna de Acuitlapilco, Tlaxcala.
Esta laguna tiene una extensión de 126 hectáreas y aproximadamente 5 kilómetros de periferia. Hasta hace algunas décadas era uno de los principales atractivos turísticos de Tlaxcala y la principal fuente de ingresos de esta comunidad que se dedicaba a la pesca.
Lamentablemente el drenaje, las descargas que han ido poco a poco contaminando la laguna, lo cual antes recuerdo había siete especies de peces y actualmente sólo quedan dos y el ajolote; el ajolote está sobreviviendo”, narró Salvador González, pescador de la zona.
Ante la preocupación, los habitantes de la comunidad de Acuitlapilco crearon la Unión de Pueblos de Comunidades, Organizaciones por la Laguna y la Vida para exigir a los tres órdenes de gobierno realizar limpieza y desazolve en la laguna.
Cada año llegan a este lugar cientos de aves y otras especies para escapar del frío, pero encuentran la muerte en este lugar. Foto: Miriam Bueno
Exigimos al gobierno del estado poder implementar una coordinación entre la sociedad civil organizada, el gobierno, las instituciones, los tres niveles de gobierno para poder atacar la problemática de la laguna de Acuitlapilco”, pidió Raymundo Serrano, representa a la Unión de Pueblos de Comunidades, Organizaciones por la Laguna y la Vida.
Es importante mencionar que la laguna de Acuitlapilco era la única natural que existía en Tlaxcala. Sin embargo, la contaminación y las descargas que recibe han provocado que los mantos freáticos disminuyan su nivel hasta convertirla en una laguna pluvial.
Durante muchos años se vio afectada por el tema de invasión hacia la misma laguna o la laguna se seca, el tema de contaminación y el tema de que se ha dejado olvidada la laguna. Estamos solicitando al municipio de Tlaxcala que detenga la entrada de aguas negras”, detalló Raymundo Serrano.
Dos veces al año cientos de aves viajan miles de kilómetros huyendo del invierno para refugiarse en este lugar. Entre las especies que llegan está el patito canadiense, pelicanos, águila pescadora y algunos tipos de garzas.
Ante la falta de agua, la UNAM, a través del Comité Asesor de Salud, Protección civil y Manejo Ambiental lanzó una serie de 12 recomendaciones generales, entre las que destacan tomar duchas breves, preferentemente de menos de 5 minutos; recolectar en cubetas el agua de la regadera para reutilizarla en inodoros o bien para la limpieza de otras áreas; de ser posible, instalar dispositivos ahorradores de agua o aireadores en regaderas y grifos; asegurarse de cerrar bien las llaves de agua después de cada uso; utilizar solamente un vaso de agua para cepillarse los dientes e identificar y reparar cualquier fuga de agua en el sistema hidráulico.
Asimismo recomendó a los universitarios mantener limpios sanitarios para disminuir el consumo de agua en la limpieza y en caso de utilizar bebederos procurar utilizar el agua necesaria.